Hoy venía pensando en… que mola terminar el 2023 con una victoria en Vallecas.
Porque el Valencia ya no volverá a jugar hasta el próximo 2 de enero, fecha en la que se enfrentará al Villarreal de Marcelino. Así que cerrar el 2023 con una victoria en Vallecas, tiene mucho mérito.
No volveré a repetir lo de ayer. Sí, eso de la suerte que tiene el Valencia de poder contar con Baraja en su banquillo. Pero es así. Este equipo, con o sin resultados, siempre demuestra su compromiso. El Valencia de Baraja demuestra tener identidad, le salgan o no las cosas, y eso es porque está muy bien trabajado.
Echando la vista atrás, el 2023 pudo ser un año negro en la historia del Valencia. Será un año que no olvidaremos en mucho tiempo por el sufrimiento que supuso para todos los valencianistas. Os aseguro que en algún momento de la pasada temporada vi al Valencia en segunda división. Pero esos chavales por los que apostó Baraja se rebelaron contra todo y contra todos y nos salvaron el cuello.
Quizá como están haciendo nuevamente esta temporada. Con un plantilla justa, con falta de experiencia y sin refuerzos en este próximo mercado invernal, yo sigo manteniendo mi teoría de que hay algo de rebelión: cuantas más veces escuchen que faltan fichajes, que es la peor plantilla del Valencia en años… más se van a esforzar por demostrarnos lo contrario. Porque si Baraja tiene mérito en lo que está pasando, no menos lo tienen ellos. Me gustó esa frase de Baraja en la que dijo que está intentando que chavales de 20 años compitan como futbolistas de 28. Pues lo está consiguiendo.
Ahora solo esperemos que este parón navideño no nos afecte como la temporada pasada. Que sí, que nos fuimos al Mundial y a Navidades ganando al Betis y pensando en Europa y… también os digo… Baraja no es Gattuso. Afortunadamente.
