Hoy con Leleman venia pensando en… lo que queda por hacer tras la destitución fulminante de Anil Murthy. que no es poco.
Decía ayer el comunicado que Meriton quiere recuperar la credibilidad entre sus aficionados y las instituciones. no es fácil. No es fácil después de muchos años de mentiras, compromisos incumplidos, desaires y de ir convirtiendo poco a poco a un club centenario y del prestigio del Valencia en un equipo mediocre. La confianza se gana con los años y se pierde en un minuto. Meriton con los años lo que se ha ganado es la desconfianza de todos y tratar de recuperarla se antoja casi imposible.
Dice el refrán que “muerto el perro, muerta la rabia”. La pregunta es si el perro era Murthy o si solo era un peón más a las órdenes de su jefe supremo. Ayer en el comunicado Lim se quiso desvincular de él sin asumir ni un solo error, quiso cargar toda la culpa en su ya defenestrado presidente. Y eso no es así.
Quien lleva sin cumplir con las instituciones valencianas desde que llegó al valencia es él. y quien lleva menospreciando a su afición y al club del que es propietario del 90% de las acciones es él. Echar a Murthy puede calmar las aguas pero no soluciona el problema. Porque el problema es más profundo que hacer callar a la grada o ser indiscreto en una conversación con cuatro empresarios.
Mestalla cantaba aquello de “Anil canalla fuera de Mestalla” sí, pero también exhibía carteles de “Lim go home” o entonaba el “Lim canalla fuera de Mestalla”. La afición ya hace tiempo que dictó sentencia y dijo alto y claro que no quería a Anil pero tampoco a Lim.
