Hoy con Léleman venía pensando en… la semana que nos espera. Que hay ganas de que llegue el sábado.
Es la semana de la Copa, de la ilusión. La ilusión de que el Valencia conquiste su novena Copa del Rey. Los valencianistas están ya en un sinvivir y mas viendo como marchan las cosas en La Liga. Es casi como que el partido de hoy ante el Villarreal no existiera, como si molestara a 4 días de poder ganar un título.
Es evidente que el Valencia no llega en su mejor momento. El sábado ante Osasuna se demostró. Una victoria en los últimos cinco partidos que data del 19 de marzo en el Martínez Valero es un pobre bagaje como para afrontar la cita del sábado. Y quizá por eso denoto pesimismo en la afición valencianista. Las dinámicas de Betis y Valencia nos podrían hacer pensar que la final se va a decantar por el lado verdiblanco. Pero os digo una cosa… en el 19 ¿alguien pensaba que se iba a ganar ante el Barça de Messi?
Pero yo creo. Claro que creo. Y creo porque las finales se deciden en los pequeños detalles. Muchas veces de poco sirve cómo llegues al partido porque el del sábado es un encuentro distinto a los demás. Son 90 minutos en los que todos, afición y jugadores, se dejarán el alma para ver a su equipo levantar el título. En la Cartuja ningún esfuerzo será negociable y más sabiendo que es la única vía que le queda al Valencia para volver a Europa la próxima temporada.
¿Qué hay dudas del juego del equipo? Sin duda. ¿Qué llevamos tiempo sin jugar a nada? También. ¿Qué a este equipo le falta fútbol? Obvio. ¿Qué los últimos partidos han sido un desastre? Claro. Pero aún así y pase lo que pase esta noche en Villarreal… estoy seguro que lo del sábado no tendrá nada que ver…
