Ninguno de los pasajeros del autobús reconoció las mochilas y en su interior no había documento alguna que pudiera permitir identificar a su propietario.
Según fuentes de la Policía Local, el conductor del autobús aseguró que, a tenor del lugar en el que ambas mochilas estaban ubicadas en la bodega del autobús, las mismas debían tener como destino la ciudad de Valencia.
La actuación de la unidad canina de la Policía Local fue realizada ante la llegada del autobús de forma preventiva. El perro marcó inmediatamente y de forma persistente las dos mochilas en cuyo interior se encontraban los envases tetrabrik, de zumo y leche, con las 227 bellotas de hachís, que en su conjunto alcanzaban un peso de casi tres kilos.