LA SIGNATURA 19/04/2022

Batacazo imperdonable

Semana Santa negra en clave azulgrana que comenzó a torcerse con el esperpento vivido el pasado jueves tras caer eliminado ante el Eintracht de Frankfurt rodeado de aficionados alemanes en la grada .

Alfredo Martínez

Catalunya | 19.04.2022 16:40

El Barcelona es un club que se mueve mucho por estado de ánimo y en estos momentos el ánimo a vuelto a caer de manera estrepitosa.

La derrota ante el Eintracht de Fráncfort más que por la eliminación de la Europa League que es importante, ha marcado considerablemente al equipo y ha sido un punto de inflexión significativo por la imagen ofrecida y por el golpe anímico recibido por la presencia masiva de aficionados alemanes en las gradas. No ha sido una derrota más, no ha sido una derrota cualquiera, ha sido un golpe de cruda realidad que ha hecho dar al Barcelona varios pasos atrás después de una carrera importante y de muchos encuentros sin perder.

El parón de selecciones no parece haber ayudado tampoco al Barcelona, unido a la lesión importante de Pedri un jugador fundamental en los esquemas de juego del Barcelona y las ausencias de hombres como Pique o Araujo líderes en la defensa en los últimos choques han marcado el bajo rendimiento de los jugadores y del equipo.

Apenas Dembele frente al Cadiz y el alemán Ter Stegen estuvieron al altura de las circunstancias. El resto estuvo muy por debajo de las expectativas y cometió numerosísimos errores.

Es cierto que Dembele llevó todo el peso del juego del ataque y desbordó una y otra vez aunque le faltó decidir bien en los últimos metros y puntería de cara al Marco contrario, pero con todo y eso jugó muy por encima del resto y fue el mejor jugador del partido si exceptuamos al portero del Cádiz Ledesma. El portero alemán solventó varias oportunidades claras y mano a mano de los amarillos del Cadiz que podrían haber hecho la derrota aún más sonrojante y maquilló los numerosos errores que cometieron los centrales, en especial el francés Lenglet, que está demostrando que ha entrado en una espiral muy negativa y que cada día aporta menos. Está pidiendo a gritos un traspaso a final de temporada.

Parece increíble que el cero a cuatro al Real Madrid en el Bernabeu haya sido hace tan solo un par de semanas porque parece un mundo y parece un equipo totalmente distintos.

De aquel bloque sólido solvente que jugaba muy bien al fútbol y superior a sus rivales hemos pasado un equipo dubitativo, temeroso, fallón e impreciso.

Debe haber un término medio y debe tratar de recomponer la figura Xavi para que en las siete finales que le quedan consigue cuando menos asegurar la liga de campeones y por qué no conseguir la segunda plaza por el premio importante de la supercopa de España de lo contrario la sensación final de la temporada sería amarga