Juan Miguel explica que esto está pasando en Melilla, cuando en los controles de los vehículos para entrar en el país vecino la Policía marroquí requisa comida que llevan sus ocupantes, para recuperarla les piden 300 dírham, cerca de 30 euros.
Algo similar ocurre con la documentación del coche y los carnés de conducir o de identidad, si los conductores se ven obligados a entregar estos papeles para su inspección o por haber cometido alguna infracción.
Él mismo ha sufrido ambas situaciones, vive en Membrilla con su esposa, natural de Marruecos, y viajan de vez en cuando al país vecino.
Juan Miguel cree que la gente debe conocer estos hechos, que considera un abuso de autoridad.