En nota de prensa, esta organización ha indicado que los excrementos sin recoger representan un foco potencial de infecciones, especialmente para los niños y las personas en silla de ruedas. "Pero no es solo un problema higiénico-sanitario, también afecta al gasto municipal en limpieza urbana, al tiempo que genera conflictos entre los infractores y el resto de los vecinos", ha precisado.
Un estudio de OCU revela además estrategias municipales de actuación muy distintas para atajar el problema, sin que la mayor parte de ellas consiga resultados apreciables. De ahí que haya impulsado la campaña 'Stop cacas: por unas aceras limpias', que busca la colaboración ciudadana y de los ayuntamientos para encontrar soluciones.
Para ello propone seis acciones que pasan por impulsar campañas de sensibilización, para subrayar la importancia de recoger los excrementos, así como para recordar que aceras, jardines y, por supuesto, parques infantiles son zonas de deyección prohibidas. En su lugar, propone, deberían usarse los desagües de las alcantarillas, los alcorques de los árboles, la calzada junto al bordillo y las zonas específicas habilitadas.
La OCU plantea también habilitar espacios donde los perros puedan hacer sus necesidades. Por ejemplo, zonas de esparcimiento para los perros o los llamados 'pipicanes'. En el caso de Albacete cuenta con seis zonas de entre 3.000 y 22.000 metros cuadrados para ello, además de 19 'pipicanes'.
Poner a disposición de los dueños de los canes herramientas que faciliten su asistencia, como dispensadores de bolsas para recoger los excrementos y contenedores especiales, así como una mayor vigilancia e imposición de sanciones disuasorias por no recoger los excrementos son otras de las propuestas.
Pero desde la OCU reclaman que "realmente" se apliquen, pues alegan que en Albacete apenas se pusieron siete multas en 2020, mientras en el resto de las capitales de Castilla-La Mancha no facilitaron datos a OCU.
Otra de las recomendaciones para combatir la presencia de excremento caninos pasa, a juicio de esta organización, por aumentar las partidas presupuestarias destinadas a la limpieza viaria. "Una mayor frecuencia en la limpieza sin duda contribuye a eliminar más rápidamente los restos de excrementos que pudieran quedar", ha añadido.
De igual modo, sugiere adoptar medidas que hayan demostrado ser efectivas para combatir el problema, como la iniciativa del Ayuntamiento de Málaga para identificar al perro cuya deposición no se recogió a través del registro del AND de los canes, lo que permitió emitir 166 sanciones solo en 2020.
Por último, la OCU ha solicitado a los dueños de los canes un comportamiento cívico que incluya gestos como llevar bolsas para recoger excrementos o botellas con agua del grifo para verter tras la recogida de excrementos.