La Diputación de Albacete organizará el IV Congreso Nacional sobre Despoblación y Reto Demográfico que tendrá lugar el próximo mes de febrero. Así lo ha comunicado a su presidente el presidente de la Comisión de Despoblación y Reto Demográfico de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Miguel Gracia Ferrer, algo que Santi Cabañero ha agradecido y ha señalado que depositar en la institución provincial albacetense la responsabilidad de organizar un foro de esta envergadura, y en una materia crucial y prioritaria para ella, responde “a un trabajo que llevamos haciendo, de forma silenciosa pero (visto el resultado), efectiva y eficiente, para que al final Albacete lograse ser sede de este importante Congreso”.
Una decisión con la que Cabañero considera que “se tiene en cuenta el trabajo que desde la Diputación venimos haciendo en una provincia que también tiene un problema de despoblación y en la que el Reto Demográfico nos importa y nos anima enormemente a la acción política diaria”.
En este sentido, el presidente ha reiterado algo que repite en cuanta ocasión puede y en torno a lo que insiste en que hay que reflexionar: “Cuando uno ve las grandes cifras, la provincia de Albacete no aparece entre las que más población estén perdiendo, pero ésa es una realidad engañosa, porque nuestra población ha venido desplazándose de forma importante desde los pueblos más ‘pequeños’ hacia los cuatro núcleos principales (Albacete, Hellín, Almansa y Villarrobledo); por tanto, el resto de los municipios sí que pierden población (especialmente, en las dos Sierras y en la comarca de La Manchuela), y hemos de ser conscientes de esto y tenerlo en cuenta” ha reiterado, señalando la falsa realidad que puede suponer tomar solo la provincial como unidad de medida.
Santi Cabañero ha recordado que la de Albacete es una provincia en la que solo 8 localidades tienen más de 5.000 habitantes; más de 40 pueblos, están por debajo de las 1.000 personas censadas; y, otros más de 40 municipios, tienen menos de 8 habitantes por km² , umbral que se entiende como ‘zona de extrema despoblación’.
En este sentido, Cabañero ha aludido a iniciativas como el ‘Dipualba Protege’: un programa de formación para el empleo adaptada a las potencialidades de cada zona de la provincia, que tiene el objetivo de que las personas más vulnerables no se tengan que marchar de los pueblos si no quieren hacerlo, y encuentren en ellos interesantes oportunidades, o como el Consorcio Provincial de Servicios Sociales, desde donde la Diputación contribuye decisivamente a prestar servicios clave (caso de la Ayuda a Domicilio y las Comidas a Domicilio) que permiten que las personas mayores se queden en sus casas y en sus pueblos el máximo tiempo posible de forma autónoma, pero también que haya personas jóvenes que, atendiéndolas, también puedan tener un futuro digno en el medio rural.
