El impacto de la cepa británica, más transmisible y virulenta, que ya está detrás del 80% de los casos; el levantamiento de las últimas restricciones, como el toque de queda o el confinamiento regional, cuyos efectos aún no se han manifestado, y el ritmo de vacunación son los tres factores que auguran un futuro incierto, según el director médico del Hospital Clínico, Joaquín Castán.
En este escenario, preocupa la llegada del verano, cuando se reduce el número de camas y la plantilla tiene que disfrutar de sus vacaciones. La realidad hospitalaria, no sólo en el Clínico, contrasta con el relajamiento que se vive en las calles. La UCI está por encima del 100% desde hace meses y no baja. Las consecuencias alcanzan a todos los servicios, incluso los centrales, como farmacia, microbiología o radiología.
Según Castán, se está haciendo un gran esfuerzo para que el impacto en la actividad quirúrgica sea mínimo. De momento, se mantiene una actividad prácticamente normal, aunque hay que reservar un quirófano para pacientes Covid. Estos pacientes son cada vez más jóvenes y presentan mayor afectación por la cepa británica, aunque están más fuertes para resistir y no incide en la letalidad.