El ministro de asuntos exteriores José Manuel Albares califica como incidente puntual ya zanjado el intercambio de comunicados con la embajada de Israel.
Ya saben que la legación diplomática acusó a parte del gobierno español de alinearse con el terrorismo. Puede que el incidente, en cuyos términos claramente Israel se ha excedido, ya esté zanjado. Pero lo que no termina es el gallinero en el que se ha convertido el ejecutivo en este asunto.
Tanto Albares como Belarra dicen hablar en nombre del gobierno. El primero condena a Hamás, exige la liberación de los secuestrados y clama por el respeto a los corredores humanitarios. La segunda quiere llevar al primer ministro israelí ante la corte penal internacional.
Resulta que a la parte socialista del gobierno le resulta más fácil ponerse de acuerdo con Israel que con Podemos.
