Víctor de Aldama acude ante el juez con las pruebas del alquiler de varios pisos.
Según su versión, uno para la estancia en Madrid de Delcy Rodríguez, estancia que tuvo que abortarse cuando se descubrió que la vicepresidenta venezolana viajaba a nuestro país. Y otros dos para que Ángel Víctor Torres por un lado y Ábalos y Koldo por otro tuvieran encuentros con señoritas.
El empresario sabía sacar partido de su relación privilegiada con el gobierno. El juez le llama nexo corruptor. Y parece que era bueno en los suyo. En corromper a los que se dejaban corromper y en cubrirse las espaldas con pruebas. Es cierto que las falsedades que nos contó el Gobierno en su día quedan cada vez más al descubierto. Pero si alguien piensa que eso preocupa al ejecutivo, que abandone toda esperanza

