El Athletic y La Real
Si hablamos de cultura y estamos en Bilbao, conviene centrarse en los pilares básicos, pétreos, casi incontestables del Bocho. La Virgen de Begoña y el Athletic…también el PNV y Marijaia, sí, pero sobre todo el Athletic...
El Athletic porque es el de todos y el de toda la vida… el ex rey de Copas, el ex candidato a ganar la Liga y el ex temible equipo del norte formado por leones mordientes en campos embarrados. Y porque el Athletic tiene su propia cultura… y todos la conocen.
Jugar sólo con futbolistas de la casa. Bueno, de la casa y de Euskadi… bueno, de la casa y de Euskadi y de Navarra, que es prácticamente lo mismo, y de País Vasco Francés, que también, y de la Rioja que total… y de donde sea que haya un vasco con un sobrino-nieto que juegue un poco bien al fútbol. Una cultura admirable y de las que ya no quedan.
Y eso que los vecinos de Donosti tuvieron la misma durante mucho tiempo. ¿No lo recordáis? La Real jugaba con su cantera, y así ganó dos ligas en los 80’, igual que el Athletic. Eran tiempos locos en que la Gabarra navegaba de verdad. Pero la Real claudicó. En 1989 el dinero le hizo cambiar para siempre.
El dinero del Barça y del Athletic, que desmantelaron su generación dorada y dejaron el equipo en el chasis. Su delantero centro, Loren, se iba al vecino de San Mamés y provocaba un terremoto. 300 millones de pesetas tuvieron la culpa. La Real reunió a sus socios y planteó el problema; que no era si jugar con extranjeros o españoles o sólo con vascos, sino entrar en el mercado de fichajes, en ese capitalismo futbolero que hoy es un loco e infinito bazar.
Los socios dieron el ok y la Real fichó a John Aldridge, un tipo especial; un inglés de Liverpool, que jugaba con Irlanda, no se sabía si por azar o por alguna convicción política. Era delantero y venía de la élite del fútbol inglés, así que encajaba en cada página de su curriculum.
Aldridge marcó su primer gol al Barça, el otro culpable de todo, y Loren fracasó en su primer año como delantero del Athletic. Acabó volviendo a la Real, previo paso por el Burgos, porque directamente no habría podido.