PUEDO OPINAR Y OPINO

Fernando Ónega: "La revolución es hacer pequeñas reformas que, juntas, se convierten en revolucionarias"

Fernando Ónega reflexiona en Más de uno sobre la reforma laboral que exigen los sindicatos y su escasa influencia en las decisiones del gobierno.

Fernando Ónega

Madrid | 23.04.2021 07:48 (Publicado 23.04.2021 07:47)

A fecha de hoy, y sobre reforma laboral, yo no puedo obtener esa conclusión ni ninguna otra. Y no puedo hacerlo, porque no hay un proyecto de reforma que se pueda considerar definitivo. Fijémonos en las palabras que definen el propósito de Yolanda Díaz: reforma “integral y ambiciosa”. ¿Qué piden los sindicatos? Que sea “integral y ambiciosa”. ¿Qué pide la Comisión Europea? Que sea “integral y ambiciosa”. No debería haber ningún problema.

Pero claro: estamos en un tiempo en que las palabras pueden ser una trampa. Esos dos calificativos no significan lo mismo para ninguna de las tres partes. Para Bruselas significan acabar con la dualidad laboral que termine a su vez con el paro estructural y la precariedad. Yolanda Díaz añade la locura del número de contratos. Para los sindicatos, integral significa no dejar una coma de la reforma de Rajoy. El sentido común le dice a Yolanda Díaz que una legislación de decenas de normas no se puede derogar de golpe y producir un vacío legal de imprevisibles consecuencias.

Conclusión de este cronista: hay que tener claros los grandes objetivos, que son el agobiante paro y la insoportable precariedad, y lo demás hacerlo poco a poco. En otras palabras, aplicar la teoría de Alfonso Guerra: la revolución es hacer pequeñas reformas que, juntas, se convierten en revolucionarias. Creo que ese es el estilo de Yolanda Díaz, educada en Galicia en el “amodiño” y el “con sentidiño”. Y los sindicatos lo tienen que entender.