La autoridad de Nadia Calviño será la que le conceda Pedro Sánchez y le reconozcan los poderes económicos, que le reconocen bastante más que a Yolanda Díaz. Y es natural que así sea, porque Nadia los representa en el Consejo de Ministros y Yolanda prologa el Manifiesto Comunista. No es su referente.
Lo que ocurre es que Yolanda, más activista, procura situarse en primera fila, hasta el punto de reclamar sus méritos en la crisis de La Ricarda.Para Calviño, Díaz es el nublado que le tapa el sol. Casualidad o no, se demostró ayer. Como acabas de apuntar, Nadia dijo en Vigo que el salario mínimo estaba verde. Poco después, Yolanda comunicó que el importe estaba pactado y la vigencia será desde el 1 de septiembre.
Una interpretación caritativa dice que entre una y otra declaración se pactó con los sindicatos: solo hubo un desajuste informativo. Una interpretación más perversa, es decir, más realista, dice que Díaz precipitó el pacto para dejar en ridículo a Calviño. Y dejar en ridículo es, efectivamente, quitarle autoridad con este clarísimo mensaje: señora Calviño, usted mandará mucho en los grandes números, pero la señora Díaz tiene el monopolio del mando social.
Y no te pierdas, Alsina, la batalla gallega, nacionalidad de ambas. Ayer Calviño estuvo con Feijoo y ¿sabes quién estará hoy? Díaz, el nublado que tapa el sol. Esta historia de pelea de mujeres cada día recuerda más al cariño fraterno de Soraya Sáenz de Santamaría y Dolores de Cospedal.
