Si hablamos de lasmunicipales y autonómicas, dependen mucho más de los candidatos, porque se vota a la persona, que es conocida y no es más centrista porque lo diga Madrid. Y habrá que distinguir también entre el voto en las ciudades, sobre todo en las grandes, y el voto rural, que sospecho que vive ajeno a esos pronunciamientos teóricos.
Entiendo, por ello, que Pablo Casado piensa tanto en el futuro, incluido el suyo propio, como en la cita del 26 de mayo. Lo que le interesa de esa fecha es no sufrir un nuevo descalabro, porque eso supondría un deterioro de su presidencia. Y lo máximo que puede hacer Casado es conseguir que no se confunda al Partido Popular con Vox, que, por otra parte, no se presenta en todos los municipios.
En Galicia, por ejemplo, Vox sólo tiene candidatura en trece, que no son ni el 5 por 100 del total. Ampliando la mirada, lo importante para Casado y el PP es que acierte en el diagnóstico y sea más profundo en la autocrítica. Sobre todo, que las palabras del giro sean acompañadas por los hechos, y eso requiere tiempo y discurso. Y lo trascendente para el país, saber si ayer ha muerto el bloque conservador porque Casado lo mató con sus críticas a Ciudadanos y Vox. Yo creo que sí.
