Llegó la Semana Santa, con su riesgo de lluvia en jueves santo, su aluvión de españoles del interior a la costa, su olor a cirio y sus películas de romanos. Aunque el credo católico lo que evoca estos días es la pasión de Cristo, los programadores de los cines y las televisiones siempre han tenido una perspectiva amplia que les lleva a exhibir lo mismo el diluvio universal que la separación de las aguas del mar Rojo-
El antiguo testamento, la historia novelada del pueblo judío, cuela como oferta de Semana Santa: Antena3 emitió el año pasado La Biblia y se llevó de calle la audiencia. Y eso que en misa hacen todos los días spoilers, para que veas que saberse el final a veces no importa. Los productores de La Biblia han recocinado este año la parte del nuevo testamento y con el material de la serie se han montado una película que han llamado “Hijo de Dios”, en la que sale Cristo, claro, pero de la que se ha caído Satanás, porque a decir de los autores le robaba protagonismo a Jesús, no porque saliera mucho rato, sino porque todo el mundo se quedaba con la copla de que el actor que lo interpreta era clavadito a Obama. “Mira, Obama haciendo de demonio”, decía Sarah Palin, extasiada.
La película de retales está haciendo una taquilla aceptable en Estados Unidos y en Iberoamérica, no tanto como “Ocho apellidos vascos” aquí, pero más que suficiente teniendo en cuenta lo que ha costado, que es nada. Antes en las televisiones programaban siempre el “Jesús de Nazaret” de Franco Zefirelli, pero ahora funciona mejor “El Código da Vinci”, que aunque no sale Jesús -sino Tom Hanks-, tiene el morbo de fabular con la unión carnal, y reproductiva, de Cristo con María Magdalena.
Hace dos años, una señora llamada Karen King, historiadora en Harvard, anunció el hallazgo de un papiro que recogía la mención que uno de los primeros cristianos hacía de un episodio protagonizado por Jesús.Contaba el relator: “Y Jesúsles dijo a sus discípulos: ‘mi esposa’...” El fragmento del papiro era tan canijo que nos quedamos con las ganas de saber qué es lo que había hecho o dicho la señora que a Jesucristo le sirviera para ilustrar una enseñanza, pero bastó con esas dos palabras “mi” y “esposa” en boca de Jesús para que se armara una controversia científico-teológica bastante gorda. A la señora King la empezaron a llamar de todo: “peliculera”, le decían, “fabuladora, que te lo has inventado todo, eres la Pilar Urbano del nuevo testamento”. Cosas de ese estilo.
Ella insistió veinte veces en que ni ponía ni quitaba nada: un anticuario le había hecho llegar el papiro, ella había traducido del copto y...hasta aquí puedo leer, que se pronuncien ahora los expertos. Dos años después, y en vísperas -bendita coincidencia- de la Semana Santa, el New York Times informa de que químicos y biólogos de tres universidades han analizado el papiro y...¡bingo!, resulta que es bueno. Calma, en todo caso, modere su entusiasmo la asociación “Magdalenas sin fronteras” porque lo que dicen los expertos es que el documento es antiguo, incluso tremendamente antiguo (siglo sexto o séptimo), pero sin alcanzar a poder afirmar, claro, ni quién es el autor del escrito ni que lo que allí se dice sea una prueba de que Jesús fue un hombre casado. Lo que tienen claro es que no es un fake, un embuste urdido por algún enreda.
Como escribe en la revista de Harvard la señora King, no sabemos si Jesús pasó por el altar, pero sí que los cristianos de esos primeros siglos debatían sobre su estado civil y la participación de la mujer en las celebraciones eucarísticas. Lo que convertiría este debate, que organizaciones cristianas de hoy quieren que el Papa Francisco aborde con ideas nuevas, en uno de los más antiguos del mundo: la mujer en la iglesia católica, quién fue, en realidad, María Magdalena. En verdad, en verdad os digo que siendo varios los expertos que atribuyen al papiro una antigüedad de trece o catorce siglos, también hay quien insiste en que estamos ante una enorme broma. Leo Depuydt, especialista en manuscritos coptos de la universidad de Brown, dice que él no se lo traga, que le recuerda a una película de los Monty Python: “Dijo Jesús ‘mi esposa’, ¿lo coges?, mi y esposa”. No era Jesús el que hablaba, sino Brian. Que ésta es otra película muy de Semana Santa pero para televisiones, digamos, menos pías, “La vida de Brian”, el pobre diablo enamorado de una joven separatista.
Hoy la actualidad, ya lo irán viendo, va de emparejamientos. Parejas de hecho. Al Atleti le ha tocado el Chelsea; al Madrid, el Bayern. A Susana Díaz le ha tocado Elena Cortés, que a esta hora de la tarde sigue siendo consejera (aunque el pacto con el PSOE lo da IU por suspendido).Y a Soraya Sáenz de Santamaría le ha tocado Cañete en la rueda de prensa post consejo de ministros. Hoy se abstuvo el aún ministro de personarse ante la prensa con las bridas de colores para identificar jamones pero sí quiso convencerla de que el motivo de su presencia allí era la reforma de la ley de pesca, su último proyecto como responsable de la cartera. En realidad, dio la impresión de que el motivo de que se apareciera no era otro que aprovechar cualquier oportunidad de hacerse visible en vísperas de lanzarse de lleno a la campaña electoral de las europeas. Sólo le faltó a Cañete pedir el voto allí mismo a los periodistas.
La vicepresidenta, que no siempre elude opinar sobre los problemas de los adversarios políticos (los de otros partidos, digo, no los de dentro), opinó sobre la crisis de pareja que afecta al gobierno andaluz, esto que, según Cayo Lara, no es una crisis pero que cada hora que pasa se va pareciendo más a un fin de trayecto. Según la vicepresidenta, si el gobierno central, como gobierno, se ocupa del asunto es porque éste puede afectar a los ciudadanos, en la medida en que desavenencias en un gobierno de coalición generan inestabilidad y eso perjudica a los ciudadanos. Ingeniería declarativa para echarle una mano a Moreno Bonilla, el nuevo responsable del PP andaluz que puede acabar estrenándose como candidato autonómico antes de lo previsto.
En el pulso entre Susana Díaz y Elena Cortés, o entre el PSOE e IU, no se anima a ceder ninguna de las dos partes. La presidenta cumplió hoy su anuncio de suspender las competencias de la consejera e IU ha respondido suspendiendo el pacto de gobierno. Que, en la práctica, no significa aún nada: el pacto estará suspendido pero el gobierno en pareja sigue ejerciendo. Ahora, si el choque se prolonga y nadie da un paso atrás, puede acabar emitiéndose el certificado de defunción del matrimonio de conveniencia. Al hombre que designó Rajoy como nuevo opositor jefe a Susana le llega, desde Madrid, un estribillo: “ponte las pilas, Moreno, ponte las pilas”.
