OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "De Pegasus al precio del melón"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre el cambio de preocupaciones de Gabriel Rufián, que ha pasado de exigir responsabilidad al Gobierno por el caso Pegasus, a exigir medidas en contra de la inflación porque -según declaró ayer en el Congreso- el precio del melón cuesta ya trece euros.

Carlos Alsina

Madrid | 23.06.2022 09:14 (Publicado 23.06.2022 08:52)

Fueron muchas noches de radio las que dirigió José Luis Balbín en Antena3 primero y en RadioVoz, después. El ‘Hora Cero’ que precedía a García y ‘La voz de José Luis Balbín’, que fue el título de su programa en la emisora de la Voz de Galicia.

Se murió Balbín. El periodista que hizo de la denuncia de la censura y de las presiones una de sus banderas

Ayer se murió Balbín. El periodista que hizo de la denuncia de la censura y de las presiones una de sus banderas. Sólo los muy veteranos, y los muy cafeteros, recordarán que hubo una vez un concejal de Madrid llamado Alonso Puerta cuya presencia en La Clave fue vetada por el Gobierno socialista de entonces. Balbín se declaró enfermo y ese viernes no hubo programa. Escándalo nacional.

Por eso luego, en la radio, el día que Manuel Martín Ferrand dejó de ser director general de Antena3 fue Balbín quien destacó de él justo eso, la incompatibilidad casi genética que tenía Martín Ferrand con las consignas y los vetos.

Balbín fue conductor de La Clave, probablemente el programa que más contribuyó a normalizar la discrepancia política en España

Balbín ya era mucho Balbín cuando llegó a aquella cadena de radio modesta de Oquendo, 23. Peso pesado de los informativos de Radio Televisión Española, hombre de izquierdas, creador y conductor de La Clave, probablemente el programa que más contribuyó a normalizar la discrepancia política en España. En una España que aún estaba aprendiendo a entenderse consigo misma, en su diversidad social y en su pluralidad ideológica.

Y aquel comienzo de programa que era toda una declaración de principios. Cuando antes de sentarse a debatir, se veía a los invitados juntos, en el centro del plató, departiendo amigablemente mientras sonaba la sintonía de Carmelo Bernaola. Y sonaba, y sonaba, y seguía sonando. Porque a Balbín nunca le preocupó que los preámbulos de sus programas fueran sosegadamente largos. Ni en la televisión ni en la radio.

Rufián ha cambiado Pegasus por el precio del melón

En su escala de preocupaciones más urgentes, Rufián ha cambiado Pegasus por el precio del melón. ¡¿Hay o no hay un cambio de ciclo político en España?!

Aparcado el Pegasus, a Rufián lo que le indigna ahora es que le cobren el melón a trece euros. Es natural que se indigne. En el Mercadona de mi pueblo el de tres kilos y medio, piel de sapo, sale a siete euros, Gabriel. Si te están cobrando trece, o es un melón tamaño pelota de Nivea o cambia de frutero.

Que el delegado de Junqueras en Madrid, nostradamus de la caducidad de la legislatura -siempre está avisando de que se puede acabar mañana mismo si a Sánchez se le pone cara de Albert Rivera (bueno, ahora, de Feijoo)-, que Rufián haga oposición con la lista de la compra es el mejor indicio de que, diga lo que diga la consejera Vilagrà, la relación entre Sánchez y Pere Aragonès nunca llegó a romperse. Ni siquiera a deteriorarse gravemente.

El Gobierno central anuncia para el mes que viene un mano a mano entre del presidente con el president. En la intimidad, que es donde pueden prescindir los dos de postureos y frasecitas. El Gobierno catalán dice que ya veremos, que esto aún no está normalizado. ¿El qué? Sus relaciones. Tenemos las relaciones congeladas.

Que Rufián haga oposición con la lista de la compra es el mejor indicio de que la relación entre Sánchez y Aragonès nunca llegó a romperse

Fíjese cómo de congeladas estarán que ayer estuvieron relacionándose un rato largo el ministro Bolaños y la consejera Vilagrà en la Moncloa. Dices: ésta es la reacción de Sánchez a la goleada que ha encajado en Andalucía. Bueno, más bien ocurre que mientras estuvieron pendientes las elecciones andaluzas no le convino al gobierno dejarse ver haciendo manitas con los indepes. Ahora ya que pasaron, incomoda menos. Y Esquerra sigue teniendo trece votos en el Congreso que sirven para convalidar decretos sin tener que echarse en brazos de Bildu, que igual eso ahuyenta más votantes que lo de Esquerra.

Rufián, a vueltas con el melón, le dijo ayer al presidente: ¡Tome usted medidas de izquierdas, hombre! Pues dicho y hecho: va el presidente y anuncia ¡la bajada de impuestos! Si ya lo dijo Zapatero, ideólogo fijo discontinuo del Gobierno de ahora: bajar impuestos es de izquierdas. Se le pasó decir que también es de derechas.

Los populares salieron rápido a reclamar la paternidad de la medida: eh, que Feijóo ya se lo propuso a Sánchez y la vicepresidenta dijo que era cosmética

El resumen de la sesión de ayer es éste: el PP le dice a Sánchez ‘rectifique usted, háganos caso y baje impuestos’. Sánchez responde: ‘ay, ustedes, los del PP, siempre pensando en beneficiar a los mismos’. Luego sale Rufián, le mienta la sandía y entonces va Sánchez y anuncia que va a bajar el IVA. Qué tío. Los populares salieron rápido a reclamar la paternidad de la medida: eh, que Feijóo ya se lo propuso a Sánchez y la vicepresidenta dijo que era cosmética.

En enero del 2021 Bruselas no nos permitiría reducirlo

La verdad es que la historia del IVA eléctrico y este Gobierno es un ni contigo ni sin ti tiene mi megavatio remedio. Allá por el mes de enero de 2021, cuando el amigo Antonio (Costa) había bajado el IVA de la luz en Portugal, se le preguntó al Gobierno de aquí si iba a seguir ese camino. ¡Ni de broma!, dijo el Ejecutivo. Nuestro IVA tenía que seguir en el 21%. ¿Y por qué? ¡Porque Bruselas no nos permitiría reducirlo!

Buena era Bruselas, que ni dejaba bajar el IVA de las mascarilla ni dejaba bajar el IVA de la electricidad. Luego llegó el mes de junio, hace un año, y resultó que sí, que no sólo era posible bajar el IVA del 21% al 10% sino que justo eso era lo que la economía española estaba necesitando.

En enero, ¡anatema! En junio: ¡alabada sea María Jesús que nos reduce el IVA!

Pues no es nadie el Gobierno para diagnosticar en cada momento lo que más nos conviene. En enero, ¡anatema! En junio: ¡alabada sea María Jesús que nos reduce el IVA!

Luego empezó la cantinela ésta de que la inflación era una cosa pasajera. Esporádica. No había necesidad de tomar más medidas, claro que no. ¡Que ya está al 4% la inflación! Ni caso, esto está controlado. Empezó este año 2022 con la inflación en el 6%. No pasa nada. Ya bajará. Y llegó la guerra en Ucrania. Ah, ya tenemos culpable de que los melones que se compra Rufián cuesten trece euros -madre mía, Gabriel, dónde haces tú la compra-.

Llegó Feijóo y empezó a martillear sobre la cabeza de Sánchez el lema favorito del PP: baje los impuestos. Y dijo el Gobierno: ya está el conservador éste queriendo hacerle un roto a los ingresos del Estado, que mal gestor ha sido siempre.

Pablo Iglesias fue el primero en proponer la bajada del IVA eléctrico

En realidad el primero en proponer esto fue… ¡Pablo Iglesias! Año 2017. Gobernaba Rajoy. La inflación estaba en el 1% -¡el uno!-, el megavatio hora en cincuenta euros, pero se hablaba mucho más de lapobreza energética que ahora que el megavatio está en doscientos ochenta y la inflación en el 8,7%. Y le dijo Iglesias a Rajoy.

Cuando el megavatio hora estaba en cincuenta euros se hablaba mucho más de la pobreza energética que ahora que el megavatio está en doscientos ochenta

Bajar el IVA no sólo era de izquierdas. Era de la verdadera izquierda, que es como se reivindicaba Podemos. Produce ternuna ver estas imágenes de Iglesias con coleta feliz en su papel de látigo de la derecha, con Íñigo Errejón a su vera, feliz en su papel de mejor amigo de Pablo. Qué tiempos.

Echenique, contrariado por la bajada del IVA

A Echenique esto de bajar el IVA eléctrico, sin embargo, no le convence. Siempre ha visto ahí una operación interesada de la conjura eléctrico-mediática. Una noche que vio a Vicente Vallés explicando lo que había subido el precio de la electricidad y cuánto de lo que pagamos son impuestos se revolvió Echenique en el tuiter, que es el barrizal en el que mejor se mueve. Escribió: ‘Qué campañote están haciendo para bajar el IVA de la luz. ¿Sabes por qué? Porque bajar el IVA no le cuesta ni un euro a las eléctricas pero reduce los ingresos del Estado y daña la sanidad, la educación y la dependencia’.

Palabra de físico. Malditos periodistas de la caverna, siempre queriendo hundir los servicios públicos.

Cuando le recordaron a Echenique que su partido había defendido en campaña la bajada del IVA eléctrico, ¡y que era idea de Iglesias!, dijo que le estaban manipulando

Cuando le recordaron a Echenique que su partido había defendido en campaña la bajada del IVA eléctrico, ¡y que era idea de Iglesias!, dijo que le estaban manipulando, porque bajar el IVA sólo es aceptable si antes creas una empresa pública de electricidad. Así, sí. Pero sin empresa pública, no.

Hoy imagino a Echenique seriamente contrariado porque el Gobierno para el que trabaja no ha creado una eléctrica del Estado pero sí ha vuelto a bajar el IVA. Así no hay forma de remontar en las urnas, Pablo.