Ni siquiera se ha completado la primera fase que daría comienzo al plan de paz y la euforia ya se ha desatado en Oriente Próximo. Ya veremos si es un espejismo, desde luego como espejismo es deslumbrante, porque Donald Trump ha conseguido coronarse como faraón en Sharm el Sheik después de haber conseguido que Hamás libere a los secuestrados que aún permanecían vivos tras dos años en sus garras.
Esa es la verdadera imagen del día, la del reencuentro emocionado de los familiares con los rehenes. 20 rehenes que desde el 7 de octubre permanecían ocultos en penosas condiciones, algunos de ellos enterrados en vida en los túneles de Gaza.
Pero si decimos que la primera fase no se ha completado es porque todavía hay 26 cadáveres a los que Hamás le niega digna sepultura. Son secuestrados que murieron durante el cautiverio y la entrega de cuyos restos a sus familiares es otro de los compromisos adquiridos por los terroristas para dar inicio a la tregua.
Hamás está obligado, en virtud del alto el fuego, a entregar los restos de los rehenes fallecidos, pero no está claro con qué rapidez lo hará. Y ya hay voces en Israel que hablan de un incumplimiento de los términos del acuerdo.
Según el acuerdo, Israel responderá con la liberación de 250 prisioneros palestinos que cumplen cadena perpetua en Israel y de otros 1.700 palestinos detenidos durante la guerra.
Pero Trump ha querido empezar con los fastos de la paz sin esperar a que esto ocurre. Ha hecho viajar a Sharm el Sheik a los líderes mundial y les ha hecho desfilar uno a uno para saludarle en una especie de besamanos real. También Pedro Sánchez se ha sometido, disciplinado y sin rechistar, a esta liturgia.
Decir que había sido recibido en Israel antes como un mesías es hacer un chiste malo. Pero desde luego no se recuerda un recibimiento semejante a un líder internacional. Es difícil definirlo de otra manera como mesiánico. Es cierto que nunca desde Camp David II al comenzar este siglo se había invocado las promesa de una paz duradera. Veremos si no es un espejismo. Desde luego como espejismo es deslumbrante.
A primera hora de la mañana, los primeros siete rehenes fueron entregados a la Cruz Roja en Gaza. La Cruz Roja los entregó al ejército israelí, que los devolvió a Israel. Horas después, otros 13 rehenes fueron liberados.
Es la primera parte de la primera parte del acuerdo que podría poner fin a la guerra. Lo que ocurre es que ahora el ejército de Israel ha ido tomando posiciones en la línea de repliegue, porque el gobierno de Netayahu denuncia dos cosas: una que Hamás no está restableciendo el orden en Gaza sino queha aprovechado el repliegue israelí para matar a sus adversarios y a aquellos a los que acusa de colaboracionistas.
La otra denuncia es que que no ofrece información sobre lo que hará con los cadáveres de aquellos que secuestrados que murieron cautivos en Gaza. "Las Brigadas Al Qasam entregarán hoy lunes 13 de octubre de 2025 los cuerpos de los prisioneros sionistas", esto decía la milcia terrorista. Ha aportado las identidades: Guy Illouz, Yossi Sharabi, Bipin Joshi y Daniel Peretz. 24 cadáveres de rehenes siguen aún en Gaza y se desconoce su paradero. Y este puede ser el primer obstáculo que se tope la pax trumpiana.
Aunque en Gaza hay un total de 28 cadáveres de cautivos (uno de ellos, el de Hadar Goldin, retenido por Hamás desde 2014), las autoridades israelíes ya estaban al tanto de que el grupo islamista no ha logrado recuperar todos los cuerpos.
Por ello, ya en las negociaciones del actual alto el fuego las partes acordaron que una entidad internacional participaría en la búsqueda de los cadáveres que Hamás no entregara este lunes.
Mientras tanto, en Sharm el Sheik se ha desplegado el espectáculo de la paz, con una imponente foto del poder mundial reunido entorno de Donald Trump. Con su particular estilo, Trump ha dado la bienvenida
En realidad esta escueta declaración es lo más significativo de la cumbre. Porque lo que pretende Trump es meterle a todos en la cabeza que la guerra ha terminado. Por más que el Gobierno israelí no haya querido asumir esa idea y rebaje las expectativas a una tregua o alto el fuego para negociar.
La ausencia de Netanyahu en el encuentro
Para no asistir a esta cumbre, Benjamin Netanyahu se agarra a una festividad para los judíos. hoy 13 de octubre de 2025 es Hoshana Rabbah — el séptimo día de la festividad de Sukkot. Hoshana Rabbah se considera un día especial dentro de Sukkot pero lo que parece es que el primer ministro israelí no ha querido contribuir a la descomunal expectativa de una paz duradera que está alimentando Trump.
Y eso que puede considerarse bien tratado por el presidente de Estados Unidos, que en un delicuescente discurso ante la Knesset, ha ponderado el liderazgo de Netanyahu, hasta le ha pedido su indulto al presidente Herzog si es que prosperan las causas judiciales contra él.
Amigo Bibi y Bibi se ha puesto en pie.
Por cierto que Bibi tiene una explicación dice que la demostración del poderío militar israelí y el liderazgo de Donald Trump han logrado poner fin a la guerra. A ver es interesante analizarlo porque efectivamente Trump ha arrastrado a todo el mundo con ese entusiasmo delirante. Y lo que hoy se ve como el verdadero cambio de signo en la guerra fue la demostración de superioridad militar que Israel hizo contra Irán.
Sin Irán no habría habido un 7 de octubre y con Irán, Hamás no hubiera entregado a los rehenes. Porque lo cierto es que la guerra se le ganó a Irán. Es muy interesante un artículo que hoy publica NYT y que se pregunta.
"Por qué ahora?"
La muerte del Sr. Sinwar sumió a Hamás en una crisis de liderazgo. La presión militar de Israel aumentó a medida que se agotaba el suministro de municiones de Hamás. Y "la guerra de 12 días con Irán realmente cambió el rumbo», declaró Brett McGurk, quien había negociado en la región desde la administración Bush y dirigía las conversaciones para el Sr. Biden. De repente, Hamás se dio cuenta de que ya no podía confiar en el país que lo había financiado y abastecido".

