ENTREVISTAS EN LA BRÚJULA

Luis Montoliu: "Si pudiera investigar sin animales, sería la persona más feliz del mundo"

El vicedirector del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) defiende en La Brújula la responsabilidad ética y científica en el uso de animales para investigación, subrayando que la legislación europea es "muy estricta" y que los grandes simios están completamente protegidos.

ondacero.es

Madrid |

El investigador del CSIC Luis Montoliu, vicedirector del Centro Nacional de Biotecnología (CNB), repasó en una entrevista con Rafa Latorre en La Brújula el estado actual de la experimentación con animales en España, un ámbito que según las últimas cifras del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación afectó en 2024 a 887.000 ejemplares, un 22% menos que el año anterior.

Montoliu explicó cómo los avances normativos, la transparencia científica y las alternativastecnológicas están transformando una práctica que sigue siendo indispensable para garantizar la seguridad de los tratamientos médicos.

"Trabajar con animales es muy difícil y está muy controlado"

Montoliu recalcó que la investigación con animales se somete a una legislación "estricta" y a protocolos de justificación "muy rigurosos". "Nuestros oyentes tienen que saber que trabajar con animales es muy difícil, hay que justificarlo muy bien", señaló.

A su juicio, la creación en 2016 del Acuerdo por la Transparencia en la Experimentación Animal marcó un antes y un después, al permitir que la sociedad conociera con detalle cuántos animales se usan, en qué proyectos y con qué finalidad.

Gracias a esta información, asegura, la sociedad "ha normalizado" la existencia de estos estudios y entiende por qué "siguen siendo todavía indispensables", especialmente en el terreno de las enfermedades oncológicas, cardiovasculares o del sistema nervioso, los tres mayoritarios en la investigación española.

Ratones y lubinas: los más comunes

El científico reconoció que los roedores siguen siendo el grupo más numeroso en los laboratorios: "De los 887.000 animales utilizados en 2024, prácticamente el 50% eran roedores, y de estos, el 90% ratones", explicó. Tras ellos, sorprendentemente, se sitúan las lubinas, muy usadas en investigaciones sobre acuicultura: "Se trata de un sector importante donde se estudia la nutrición, las enfermedades y la mejora de las piscifactorías", añadió.

En tercer lugar, se encuentran distintas especies de aves, también empleadas en proyectos biomédicos o veterinarios.

La transición hacia métodos alternativos

El investigador considera que la ciencia "está avanzando firmemente hacia la reducción" del número de animales utilizados, a medida que surgen nuevos métodos alternativos capaces de simular procesos biológicos complejos. "Yo, si pudiera hacer mis investigaciones sin utilizar animales, sería la persona más feliz del mundo", confesó.

Sin embargo, recordó que "todavía no se puede prescindir de ellos" por completo, ya que los modelos animales son necesarios para garantizar la seguridad y eficacia de cualquier terapia o fármaco antes de aprobar su uso clínico.

Según Montoliu, la normativa vigente obliga a emplear estos métodos alternativos "si existen y están validados", y también a desarrollar otros nuevos, cumpliendo así con el mandato europeo de reducir progresivamente el uso de animales "solo a los que sean perfectamente indispensables".

Nuevas terapias, nuevas exigencias

Sobre los avances recientes en terapias génicas y vacunales, Montoliu explicó que las agencias reguladoras, tanto la FDA estadounidense como la Agencia Europea del Medicamento, exigen el uso de animales antes de autorizar cualquier ensayo en humanos: "Se trata de un uso reglamentario, es decir, obligatorio", matizó.

En el caso de las terapias génicas, los estudios comienzan con ratones y, posteriormente, deben validarse en otro modelo animal, habitualmente el perro beagle. En cambio, las investigaciones sobre vacunas suelen requerir primates no humanos, concretamente macacos, por su similitud con el sistema inmunitario humano. Así se hizo, recordó, durante el desarrollo de las vacunas frente a la COVID-19.

"Los grandes simios no se pueden utilizar bajo ningún concepto"

Montoliu fue contundente al ser preguntado por el uso de grandes simios en laboratorio: "No se pueden utilizar en investigación bajo ningún concepto", afirmó. La legislación europea y española prohíbe expresamente el trabajo con chimpancés, bonobos, orangutanes y gorilas.

"Cuando uno mira a los ojos de un gorila, no sabe quién mira a quién. Son nuestros parientes más cercanos", añadió, en una reflexión sobre la empatía y los límites éticos de la experimentación.

El científico también defendió el papel de los zoológicos modernos como centros de conservación y recuperación de animales víctimas de la caza furtiva, subrayando que "han pasado de ser un escaparate a convertirse en espacios donde se mantiene el bienestar y se recupera a los animales agredidos".