Un libro reivindica la huella de la medicina española en el mundo, de la expedición de la vacuna de la viruela a la revolución del ADN. Los cirujanos Francisco Mateo Gallego y Miguel Ángel Cuesta Valentín rescatan en 'Contribuciones de la medicina española al mundo' la biografía de más de cuarenta médicos y científicas que cambiaron la historia, pero a los que España apenas ha sabido reconocer.
"No solo Cajal y Ochoa": un mapa oculto de la ciencia española
En su conversación con Rafa Latorre en 'La Brújula', Francisco Mateo resumió así el propósito del libro: "Esa ha sido la intención de hacer este libro, de demostrar que no solo han sido dos nombres que han ganado el Premio Nobel, sino que ha habido muchas personas que a lo largo del tiempo han marcado un hito en la historia de la medicina".
Frente a la idea de una España condenada al oscurantismo científico, los autores subrayan que el talento médico español ha tenido un impacto decisivo "no solo en España, sino a lo largo de toda Europa y a lo largo de todo el mundo".
La expedición Balmis, una "empresa fabulosa" alrededor del mundo
Cuesta calificó la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, encabezada por Balmis, como "el primer intento en la historia de la humanidad" de llevar una vacuna con la intención de inmunizar a toda la población.
Recordó que, para mantener viva la vacuna de la viruela, se recurrió a niños huérfanos como portadores, una decisión hoy discutida pero que entonces era "la única posible", y definió la misión como "un viaje fabuloso alrededor del mundo" del que "tenemos que ser muy, muy orgullosos".
De Al‑Ándalus a Nueva York: 42 historias y una llamada de atención
El recorrido del libro arranca "en el siglo diez con la medicina judeo musulmana", pasa por el Renacimiento y se concentra en los siglos XIX y XX, cuando la labor de los médicos españoles se difundió internacionalmente.
Mateo explicó que muchos de los protagonistas tuvieron que desarrollar su carrera fuera del país, desde Buenos Aires hasta Inglaterra, y defendió que todos ellos "han marcado el desarrollo de la medicina" en ámbitos que van de la neurohistología a la bioquímica.
"Hemos comunicado mal": la motivación del libro
Cuesta subrayó que, a diferencia de la literatura, el arte o la música, las aportaciones de España a la medicina siguen siendo "prácticamente desconocidas" incluso entre médicos, farmacólogos o biólogos.
"En todo lo que hemos tratado Paco y yo ha sido sobre todo revivir y demostrar" esas trayectorias, afirmó, y lamentó que "hemos, como siempre, comunicado probablemente mal", por lo que el libro aspira a ser "la auténtica historia de la biomedicina española" pensada tanto "para la gente normal" como para profesionales sanitarios e investigadores.
Margarita Salas, la polimerasa y el futuro de la ciencia
Entre las figuras destacadas, Cuesta definió a Margarita Salas como "un icono nacional" y recordó que la polimerasa que descubrió es "la patente más importante del CSIC". Explicó que esta enzima permite amplificar muestras minúsculas hasta el punto de hacer posible el trabajo "forense, de investigación, del ADN", y aprovechó para lanzar un mensaje político: "Hay que organizar mejor la ciencia en España", con más financiación y una estructura que permita aprovechar el talento ya existente.
Rafael Yuste y el llamado a un pacto por la investigación
Mateo insistió en que el libro es también "una llamada de atención". Puso como ejemplo a Rafael Yuste, "nominado para el Premio Nobel" y director del Instituto de Neurotecnología de la Universidad de Nueva York, impulsor del proyecto Brain, "que ahora mismo se está trabajando en todas las universidades del mundo" y que "nos va a ayudar a desarrollar técnicas que ahora mismo ni siquiera pensamos".
A su juicio, que Yuste haya tenido que desarrollar esa carrera en Estados Unidos revela que "no tenemos los medios para poder mantener un nivel de investigación adecuado" y que hace falta "dinero y un acuerdo entre todos los grupos políticos".
