Balance de fin de año

El bostezo simulado de Sánchez cuando le preguntan si hará algo nuevo frente a la corrupción y acoso en el PSOE

El presidente del Gobierno reprochó el escaso interés de la prensa en las nuevas medidas aprobadas por el Ejecutivo, en particular el nuevo abono transporte válido para toda España por 60 euros al mes.

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ondacero.es

Madrid |

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

El gesto del bostezo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la rueda de prensa de balance de final de año se convirtió en uno de los momentos más comentados de una comparecencia marcada por la incomodidad y la presión política. El jefe del Ejecutivo respondía entonces a las preguntas de los periodistas sobre los casos de acoso sexual en el seno del PSOE, defendiendo la gestión realizada por su partido frente a quienes reclamaban nuevas medidas.

Sánchez sostuvo que el escenario habría sido muy distinto si, en lugar de actuar con contundencia, el Partido Socialista se hubiera limitado a enviar mensajes de apoyo a las víctimas. Al mismo tiempo, admitió la falta de celeridad en la respuesta, aunque rechazó cuestionamientos sobre "el objetivo y el resultado de la acción".

"Estamos siempre con el algo nuevo", afirmó el presidente, en referencia a la reiteración de preguntas sobre estos asuntos, al tiempo que reivindicaba iniciativas anunciadas en esa misma comparecencia, como el abono único de transporte, o decisiones recientes del Gobierno, como la subida salarial de los funcionarios. "¡Qué aburrido!", suspiró de forma irónica mientras simulaba un bostezo después del que aseguró que "lo importante es saber dónde está la sustancia de las cosas".

En los primeros minutos de su intervención, Sánchez ya había identificado esos dos frentes como los principales focos de tensión: los casos de corrupción y las denuncias de acoso sexual conocidas en el seno del partido. Ante ambos, el presidente optó por un discurso de cierre de filas, defendiendo la "contundencia" con la que, aseguró, ha actuado el PSOE frente a situaciones similares, y rechazando dar lecciones sobre prácticas corruptas o políticas feministas.

Manifiesto de militantes en Galicia

Ese mensaje chocó frontalmente con el manifiesto impulsado por militantes y alcaldesas socialistas gallegas —entre ellas la regidora de A Coruña, Inés Rey— que denunciaban el silencio de muchos dirigentes varones del partido ante los casos de acoso. El texto, surgido tras la dimisión del presidente de la Diputación de Lugo, José Tomé, y después de que el líder del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, admitiera conocer las denuncias desde octubre, ha ido sumando adhesiones de peso, incluidos los expresidentes de la Xunta Emilio Pérez Touriño y Fernando González Laxe.

Pese a ese contexto, Sánchez trató de recentrar el balance en los logros de su Ejecutivo: los buenos datos macroeconómicos, la contribución de la ley de amnistía a la "reconciliación" y su compromiso de seguir buscando apoyos parlamentarios "hasta debajo de las piedras" para revalorizar las pensiones, subir el salario mínimo, ampliar las becas o extender los permisos de paternidad. El presidente se mostró molesto por lo que considera una insistencia excesiva de los periodistas en los casos de corrupción y lamentó que pasaran desapercibidas medidas como el abono único de transporte —60 euros, 30 para jóvenes— que el Gobierno prevé poner en marcha a comienzos de año.

Sánchez negó de forma tajante cualquier financiación ilegal en el PSOE y acusó a la oposición de "retorcer" sus palabras, especialmente cuando afirmó que José Luis Ábalos era para él un desconocido en el plano personal. "A alguien se le conoce más yéndose de vacaciones y subiéndose a su yate", dijo, en alusión a la imagen de Alberto Núñez Feijóo con Marcial Dorado, "que compartiendo mesa en un Consejo de Ministros".

El PP califica el balance de mítin

Desde el PP, la comparecencia fue calificada de mitin, en la misma línea que el balance del año anterior. Feijóo, durante la tradicional cena de Navidad del PP madrileño, prometió impulsar una auditoría completa de lo que calificó como “todo lo saqueado por el sanchismo” si llega al Gobierno. Mientras tanto, el bostezo presidencial quedó como símbolo de una rueda de prensa en la que el cansancio del presidente se hizo tan visible como las grietas políticas que atraviesan a su partido.