Las relaciones sociales son complejas, pero las personas que cuentan con la inteligencia emocional suficiente son capaz de sobrellevarlas mucho mejor. Esta capacidad nos ayuda a reconocer, comprender y gestionar mejor nuestras propias emociones, así como de identificar y responder adecuadamente a las emociones de los demás.
La importancia de la inteligencia emocional radica en que nos permite mantener un equilibrio entre la razón y el sentimiento, favoreciendo la empatía, la comunicación efectiva y la resolución constructiva de conflictos. Además, una buena inteligencia emocional contribuye al bienestar psicológico, reduce el estrés y mejora el rendimiento tanto en el ámbito personal como profesional, ya que facilita relaciones más saludables y una mayor capacidad de adaptación ante los desafíos cotidianos.
Repasamos algunas de las habilidades que definen a esta capacidad tan valiosa.
Hacer una pausa antes de reaccionar ante situaciones
Esta acción sigue el precepto fundamental de la inteligencia emocional: mantener el equilibrio entre la razón y el sentimiento; puesto que antes de reaccionar de manera instintiva, las personas con inteligencia emocional se pararán a reflexionar antes de actuar.
Igualmente, este es uno de los rasgos que puede hacer que sea difícil identificar a una persona con inteligencia emocional alta, ya que mucha gente los asocia a personas "sensibles" o "emocionales", y con esta actitud pueden parecer demasiado estoicos o incluso insensibles por naturaleza.
Hacen preguntas empáticas
Las personas con una alta inteligencia emocional tienen una capacidad excepcional para introducir preguntas en cualquier conversación y con ello despertar y mantener el interés. A menudo, sus primeras preguntas se centran en conocer las experiencias, pensamientos y sentimientos de la otra persona. Hacen preguntas intencionales y abiertas como:
- "¿Cómo entraste en…?"
- "¿Qué piensas sobre…?"
- "¿Qué opinas sobre…?"
Este tipo de preguntas demuestran su capacidad para demostrar conciencia social y empatía (características de la inteligencia emocional). Además, enfocar de esta manera una conversación hace que todos los implicados se sientan vistos, escuchados y valorados.
Lectura no verbal aguda
Además de poder hacer preguntas empáticas y saber esperar antes de actuar de forma instintiva, son personas con la habilidad de leer a las personas, ya que prestan mucha atención al lenguaje corporal y a las señales no verbales para comprender mejor a los demás y conectarse con ellos. Aunque, también hacen esto para detectar amenazas y detectar amigos o enemigos cuando se encuentran en una situación nueva o incierta.
Compartir sus errores y fracasos personales
Las personas con alta inteligencia emocional no tienen miedo de revelar sus miedos y fracasos, ya que ven la vulnerabilidad como una fortaleza y un medio para construir conexiones más profundas.
Esta actitud refleja seguridad emocional y la aceptación de que no es posible complacer a todo el mundo. Además, entienden que es importante aprender de sus reveses.
Adoptar perspectivas e identidades no convencionales
Las personas con un nivel alto de inteligencia emocional tienden a desafiar deliberadamente sus propios puntos de vista para fomentar una mayor comprensión y empatía.
Además, esta habilidad se ve influida por a su autoconfianza emocional, puesto que estas personas toleran mejor la desaprobación o el rechazo. Comprenden que las críticas ajenas suelen reflejar emociones o inseguridades de otros, no verdades absolutas. De esta manera, sienten la libertad de adoptar ideas o identidades “no convencionales” sin sentirse amenazadas.

