El sacerdote Carlos Loriente, de 45 años de edad, ha sido detenido por la Policía Nacional de Torremolinos (Málaga) después de haber sido sorprendido con una decena de papelinas que contenían distintas sustancias estupefacientes, entre las que se encontraba cocaína rosa. Por su parte, el Arzobispado de Toledo, a través de un comunicado, ha lamentado "profundamente" estos hechos y ha condenado "cualquier conducta delictiva" que presuntamente haya podido tener el cura.
Los hechos tuvieron lugar el pasado 22 de septiembre, cuando Loriente se encontraba de vacaciones en la localidad malagueña, momento en el que fue sorprendido en la vía pública con dichas cantidades de sustancias, las cuales superan el límite comprendido como para consumo propio. Posteriormente, en el registro de su apartamento, se le encontraron una balanza de precisión y una bolsa monodosis de droga.
Con todo, el detenido ha pasado a disposición judicial y está acusado de un presunto delito de contra la salud pública. Del mismo modo, la Archidiócesis de Toledo ha expresado su confianza en la Justicia y su disposición a colaborar con ella. Igualmente, el Arzobispado le ha apartado de forma cautelar de sus funciones.
Quién es Carlos Loriente
El sacerdote detenido es canónigo de la Catedral de Toledo y director del Instituto Teológico San Ildefonso. Asimismo, hasta el pasado 15 de septiembre se había desempeñado como Vicario Episcopal para el Clero de la Archidiócesis de Toledo -coordinador y supervisor de los curas de la Diócesis Primada de España-, aunque de manera inesperada fue cesado en beneficio de Miguel Garrigós Domínguez, según ha apuntado El País.
No es la primera vez que Loriente salta a la palestra, puesto que en 2023 y en el marco del juicio al sacerdote Pedro Rodríguez Ramos, quien fue condenado a siete años de prisión por delitos de abusos de menores, aunque posteriormente fue absuelto y ahora espera a la decisión del Supremo, difundió un mensaje de WhatsApp de apoyo al clérigo y en contra del exseminarista que denunció los hechos y la prensa. Estos hechos provocaron que la víctima denunciase a Loriente ante el Vaticano por difamación y calumnias.
En dicho mensaje, Loriente señalaba la "falta de verosimilitud" de la demanda y manifestaba que su "convicción subjetiva es la inocencia de Pedro". Además, y, debido a la amistad que la unía Rodríguez Ramos, Loriente destacaba su "bondad de corazón" y la incompatibilidad de su perfil con "el de un abusador". Por otra parte, a su modo de ver, no se podían juzgar "con la sensibilidad de hoy" unos hechos que habían tenido lugar hace casi 20 años. Del mismo modo, remarcaba que la presión mediática "infame" que se había realizado sobre el juez instructor y el tribunal eran "ilícitas" y podían incurrir en "tintes delictivos".
Ante tales hechos, el denunciante de los abusos remitió un escrito -al que ha tenido acceso El País- al prefecto del dicasterio para el Clero de la Santa Sede en el que demandó a Loriente por "calumnias, emisión y distribución de falsedad", del mismo modo le acusó de abusar de su poder y autoridad. También el exseminarista alertó personalmente al presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, Sean O’Malley, y a través de una emisiva al papa Francisco.
Con todo, y casi dos años después de litigio, el denunciante no ha recibido respuestas y el Vaticano no ha tomado medidas contra él.

