Lo que comenzó como un personaje ficticio creado por el artista hongkonés Kasing Lung ha terminado por convertirse en una obsesión internacional. El furor por los Labubu –figuras entre lo adorable y lo inquietante, con dientes afilados y orejaspuntiagudas– ha generado colas, reventas millonarias y un ecosistema propio en el que el diseño, la exclusividad y el fenómeno viral juegan un papel central.
¿Qué son los Labubu y cuál es su origen?
Labubu es tanto un personaje como una marca dentro de la serie de juguetes 'The Monsters', desarrollados por el mencionado artista e inspirados en la mitología nórdica. Estas figuras, fabricadas por la empresa china Pop Mart, se caracterizan por sus cuerpos peludos, mirada traviesa y una sonrisa de dientes triangulares característicos.
Aunque Labubu debutó en 2015 en Asia, su salto global llegó tras el respaldo de celebridades y su método de venta en cajas sorpresa o 'blind box', que aumentó la expectación y el deseo de colección.
El mecanismo que dispara su valor y precios de locura
El éxito comercial de Labubu se sostiene en la combinación de exclusividad y marketing viral. Las ediciones limitadas, la dificultad para conseguir ciertas versiones y la especulación en la reventa multiplican su precio oficial: aunque un Labubu original cuesta cerca de 20 euros, ediciones limitadas alcanzan hasta 1700 euros o más en el mercado secundario.
La fiebre escaló exponencialmente tras la exposición de figuras Labubu por integrantes de Blackpink, una de las bandas de K-Pop más famosas del mundo con cifras que rondan los 30 millones de oyentes mensuales en plataformas como Spotify. Otras personalidades globales e influencers dispararon tanto su demanda como la proliferación de imitaciones.
Más allá del simple coleccionismo: ¿Por qué fascinan tanto?
Parte de la fascinación que generan los Labubu reside en su ambigüedad estética: para unos resultan adorables, para otros extraños o incluso perturbadores, lo que ha diversificado su público objetivo. Además, la dinámica de cajas sorpresa (nunca se sabe qué modelo tocará) incentiva la compra compulsiva y la búsqueda de piezas raras o limitadas, un esquema que ha logrado viralizarse especialmente entre la Generación Z y los coleccionistas de arte pop.
Cómo distinguir un Labubu auténtico
Frente a la avalancha de réplicas, los expertos recomiendan poner atención a varios detalles: mejillas ligeramente rojizas, dientes triangulares alineados, tarjeta de autenticidad y, en algunos casos, sellos 'invisibles' que sólo se revelan bajo luz ultravioleta. El perfil coleccionista exige estos certificados para asegurar el valor de cada pieza en el mercado.
