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¿Qué está pasando en Haití? El presidente renuncia mientras la violencia toma las calles

El presidente ha renunciado a su cargo mientras las pandillas atemorizan a la población y sumen en un auténtico caos al pequeño país de El Caribe

ondacero.es

Madrid | 12.03.2024 19:00

¿Qué está pasando en Haití? El presidente renuncia mientras la violencia toma las calles
¿Qué está pasando en Haití? El presidente renuncia mientras la violencia toma las calles | Agencia EFE

Haití está al borde del colapso. Las bandas armadas, la violencia y los saqueos han hecho que la vida cotidiana sea agotadora en esta nación de 11 millones de habitantes, azotada por la escasez de alimentos y medicinas. Por si fuera poco, la renuncia del Primer Ministro Ariel Henry ha sumido aún más al país en el caos.

Dimisión del primer ministro

Ariel Henry, de 74 años, que trabajaba como neurocirujano, estaba en el cargo desde el asesinato aún sin resolver del presidente Jovenel Moïse en 2021.

En medio de una creciente inestabilidad política, los líderes de las pandillas más poderosas del país han intensificado sus presiones para que renuncie. Henry aseguró el pasado lunes, en un vídeo a la nación, que dimitiría una vez que se establezca un consejo presidencial de transición y se designe a un sustituto interino.

Su gobierno seguirá ocupándose de los asuntos rutinarios hasta el nombramiento de un primer ministro y un nuevo gobierno.

La violencia ha tomado las calles

Haití se vio sumido en un estado de emergencia después de que las bandas armadas lideraran una fuga masiva de prisión y exigieran la renuncia de Henry aprovechando un gira del presidente en el extranjero.

Los criminales incendiaron una comisaría de policía cerca del aeropuerto que obligó a suspender los vuelos. El principal puerto marítimo de Puerto Príncipe, la capital, también sufrió un acción vandálica: miembros de pandillas irrumpieron en la terminal, saquearon contenedores, dañaron los aparatos de seguridad y obligaron al puerto a suspender sus operaciones indefinidamente.

Los alimentos, el agua y los suministros médicos en la capital son escasos y los saqueos se han extendido a los supermercados y las pequeñas empresas.

La violencia ha atrapado a muchos residentes en sus hogares y ha cerrado algunos hospitales públicos. Los controles de carreteras de las pandillas en todo el país han hecho casi imposible llegar a la capital por tierra, y la frontera del país con la República Dominicana está cerrada.

La presidencia sigue vacante y los mandatos de los legisladores han expirado, lo que ha alimentado el descontento público con Henry. Los servicios públicos han sido limitados, incluida la recogida de basura, lo que ha hecho surgir brotes de cólera, mientras las pandillas han aterrorizado a la población con violaciones sistemáticas, secuestros indiscriminados y asesinatos en masa.

Una situación "insostenible"

El Departamento de Estado de Estados Unidos ha emitido un aviso de nivel 4, el más alto de la escala, en el que recomienda a la gente a no viajar a Haití.

"La actual situación de seguridad en Haití es impredecible y peligrosa", señalan y advierten que "la capacidad de la Embajada de Estados Unidos para ayudar a los ciudadanos estadounidenses es gravemente limitada".

Más de 15.000 haitianos se vieron obligados a abandonar sus hogares por la violencia de las pandillas la semana pasada, ha informado la ONU. Esto se suma a las aproximadamente 300.000 personas (más de la mitad de ellas niños) que ya estaban desplazadas internamente por la violencia.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha explicado en una reunión en Jamaica que la escalada de violencia ha "creado una situación insostenible para el pueblo haitiano". Además, ha anunciado la creación de una misión para "crear las condiciones de seguridad necesarias para celebrar unas elecciones libres".

"Apoyamos el plan para crear un colegio presidencial independiente, inclusivo y de base amplia", dijo sobre el consejo de transición. También apoyó una Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad respaldada por la ONU , en la que varios países aportan personal, equipos y recursos financieros y logísticos a Haití.

Se espera que la misión se despliegue pronto, dijo Blinken, para reforzar la Policía Nacional de Haití y "crear las condiciones de seguridad necesarias para celebrar elecciones libres y justas, permitir que la asistencia humanitaria llegue a las personas que la necesitan y ayudar a poner a Haití retomar el camino hacia las oportunidades económicas y el crecimiento".

Estados Unidos contribuirá con 300 millones de dólares a la misión, y aportará ayuda humanitaria por valor de 33 millones de dólares. El siguiente paso será formar un consejo presidencial de transición en el país que nombrará al nuevo primer ministro que en principio no podría presentarse a las próximas elecciones.