EN UN ASALTO DE VEHÍCULOS

Declaran la "muerte cerebral" a niño de 8 años víctima de una bala perdida en Río de Janeiro

El niño de 8 años hospitalizado tras recibir un disparo en la cabeza durante un asalto a vehículos en Río de Janeiro se encuentra en estado de "muerte cerebral", informaron hoy fuentes oficiales. "El paciente tuvo óbito confirmado a las 17.32 hora local (20.32 GMT) después de la conclusión del protocolo de muerte cerebral", agregó la Secretaría de Salud de Río de Janeiro en un comunicado.

ondacero.es

Madrid | 05.09.2017 06:31

Imagen de archivo de varios agentes de policía en Brasil
Imagen de archivo de varios agentes de policía en Brasil | EFE/Archivo

El suceso ocurrió el domingo, cuando el menor estaba en un coche junto a su padre, quien intentó huir de un asalto a vehículos en la localidad de Duques de Caxias, en la Baixada Fluminense, una de las zonas más violentas del estado de Río. Según la versión de la Policía Militarizada, el padre del pequeño se percató de la presencia de varios hombres armados que cerraron la vía en la que se encontraban, a lo que reaccionó con una maniobra para intentar escapar del lugar, próximo a una favela.

Sin embargo, los bandidos comenzaron a disparar contra el vehículo al ver que este intentaba escapar y una de las balas impactó en la cabeza del niño, que estaba en el asiento trasero. La Secretaría de Salud de Río lamentó en la nota "la pérdida", mostró su solidaridad "en este momento de gran dolor", así como la de toda el equipo médico que luchó por su vida, y se puso "a disposición de los padres y familiares".

En lo que va de año, según asociaciones de la sociedad civil, en todo el estado de Río de Janeiro se han registrado unas 3.000 muertes en actos de violencia, lo que supone un aumento de más del 15 % con respecto al mismo período de 2016. Entre las víctimas hay más de cien policías asesinados y alrededor de 630 personas que perdieron la vida por las llamadas balas perdidas, que surgen de los recurrentes tiroteos que se registran en la ciudad entre policías y bandas de narcotraficantes.

Ante esta ola de violencia, desatada tras la celebración de los Juegos Olímpicos de Río 2016, el Gobierno del presidente Michel Temer autorizó la participación de unos 10.000 miembros de las Fuerzas Armadas y de organismos de seguridad, cuya perspectiva es que permanezcan hasta finales de 2018. Además, el estado de Río de Janeiro afronta actualmente una de las mayores crisis financieras de su historia, después de que en junio del año pasado, antes de la celebración de los Juegos Olímpicos, se declarara en estado de "calamidad financiera" (quiebra). La crisis ha provocado una menor presencia policial en las calles, un empobrecimiento general de la población y la puesta en marcha de un duro plan de recortes en el gasto público.