Se cumple una semana del terremoto que sacudió Marruecos y el caos sigue instalado en la mayor parte de las zonas afectadas. Se ha empezado a hacer recuento de daños también en el patrimonio cultural, por ejemplo en el barrio judío de la Medina.
La "Mellah" se ha llevado la peor parte, la mitad de sus casas han sido desalojadas y los vecinos han sacado sus enseres a la calle por si una réplica las acaba tirando. Daños que contrastan con el bullicioso ambiente en la plaza Jemaa el-Fna o en su Medina declarada Patrimonio de la Humanidad.
Los daños más devastadores se localizan en el Alto Atlas donde cientos de miles de personas malviven en tiendas de lonas y miran al cielo por la amenaza de lluvias. El agua podría hacer que los escombros de adobe compacten, dificultando así las tareas de rescate y empeorando la situación de los supervivientes.
Muchas familias cuentan que lo han perdido todo: su casa, su comida. Estaban preparando la vuelta al colegio de los niños y el terremoto también se ha llevado todo el material escolar que tenían. Una de las afectadas por el suceso en Alto Atlas dice que ahora son "unos miserables".
Marruecos activa un plan de ayudas
Con vistas a la reconstrucción Marruecos ha activado un plan de ayudas directas a los damnificados para que se rehabiliten 50.000 viviendas dañadas. En un comunicado difundido por la agencia estatal MAP se aclara que la idea no es sólo reparar los daños causados "sino también lanzar un programa reflexivo, integrado y ambicioso para la reconstrucción y mejora general de las regiones afectadas tanto en términos de fortalecimiento de la infraestructura como de mejora de la calidad de la tierra y los servicios públicos".
Para financiar este plan se aclara que se usarán recursos del Estado y de organismos, pero que también estará abierto a aportaciones de actores privados y asociativos, así como "de países hermanos y amigos que así lo deseen". El rey Mohamed VI reitera en esta nota el "más sincero" agradecimiento del Reino de Marruecos.
