"Rehenes". Así calificó a los socios del Gobierno este sábado el portavoz del Partido Popular, Borja Sémper. "Estamos asistiendo a un fallo multiorgánico del Gobierno y del PSOE", dijo en una entrevista en RNE.
Bien es sabido que las últimas informaciones que han visto a la luz a raíz de los informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil dejan en una situación comprometedora al PSOE y al Gobierno de Pedro Sánchez.
Especialmente desde la salida de Santos Cerdán, entonces secretario de Organización del PSOE, por su presunta implicación en una trama de corrupción. Así, mientras que desde la oposición piden un adelanto electoral y una moción de censura, los socios de Sánchez siguen sosteniendo el presente (y futuro) del Gobierno español.
Mayores exigencias
Después de las disculpas del líder del Ejecutivo, en las que se desvinculaba de cualquier implicación en el asunto de Cerdán, los militantes socialistas y socios del Gobierno siguen ahí: al lado de Sánchez, al lado del PSOE. Aunque eso sí, han dado un paso más en sus exigencias o, por llamarlo de otra manera, en su forma de ver la relación con el Gobierno.
La portavoz de Sumar, Verónica Martínez, ya insistió el pasado viernes en exigir un "reseteo" de a legislatura, recordando las palabras de Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno. Según apuntó Martínez, "la corrupción lleva asediando este país demasiado tiempo". Sin embargo, nada cambia, al menos por ahora: Sumar sostiene al Gobierno, a Sánchez y al PSOE; pues el partido actuó "con contundencia" tras la implicación de Cerdán en una presunta trama de corrupción.
Junts, por su parte, sigue el mismo rumbo de siempre: acuerdos y exigencias. Así lo hizo saber el secretario general del partido, Jordi Turull, este sábado, quien aseguró que desde las filas de Carles Puigdemont esperan reunirse con Sánchez "bien pronto".
El objetivo no es otro que saber si todos los frentes que batalla el Gobierno "impactará sobre el cumplimiento de los acuerdos de investidura". Para Turull, el caso de Santos Cerdán "es una crisis del sistema político español". Según ha remarcado, en Madrid "no" tienen amigos, sino "intereses para defender Cataluña".
Y también aparecen nuevas exigencias e intenciones: "Evidentemente, hay que aprovechar las debilidades del Estado español. Son decisiones que tenemos que tomar pensando y priorizando el país, no el partido, e intentando convertir los problemas en oportunidades".
