Iglesias ha presentado su candidatura con un ingreso mínimo y con un par más de carácter orgánico, como por ejemplo, que los mandatos para los cargos del partido se extiendan más allá de los 12 años que marca el límite actual.
Insiste en que no se pueden olvidar de dónde vienen, pero levanta las limitaciones que se habían autoimpuesto para no ser casta. Adiós a cobrar como máximo lo equivalente a tres salarios mínimos interprofesionales, porque como ha aumentado hasta los 950 euros ya no es un referente válido, según Iglesias.
Ahora las donaciones al partido se harán mediante un porcentaje del salario. Deja atrás también los años límite para ocupar un cargo según un documento de su candidatura. Se enfrenta a la tercera asamblea del partido con menos rivales que nunca, con Errejón en Más País y con Teresa Rodríguez en Adelante Andalucía, fuera de Podemos.
El que fuera secretario general de Podemos en Madrid ha sido muy crítico con esta propuesta de Pablo Iglesias. En un mensaje publicado en twitter considera que "suprimir la limitación de salarios y de mandatos es amputar dos elementos centrales de la ética política sobre la que se fundó Podemos" y añade "que los representantes deben vivir como los representados no es un argumento de quita y pon. Son principios. Qué deterioro. Qué pena".