Estas son las principales conclusiones del análisis que una vez al año realiza el organismo y que han presentado hoy en Madrid la jefa de la misión para España, Andrea Schaechter, y el responsable del sector financiero, Udaibir Das.
Tras cuatro años de "impresionante" expansión económica y creación de empleo, el PIB es ya muy superior a los niveles pre-crisis, con tasas de crecimiento muy por encima de las del resto de la zona del euro; las reformas acometidas han hecho de España un país más flexible, competitivo y resistente, con un sector servicios muy dinámico orientado a la exportación que ha permitido no depender tanto del sector inmobiliario y de la construcción.
Se ha reducido el endeudamiento de familias y empresas y el sector bancario es ahora mucho más fuerte, lo que permite prever un crecimiento del PIB el 3,1% para este año.
Pero no está claro cuánto tiempo puede España mantener este ritmo, con una elevadísima deuda pública y una tasa de paro estructural muy alta, difícil de combatir dado el envejecimiento de la población e índice de productividad relativamente bajos, de ahí que el organismo aconseja proseguir con las reformas.