Los máximos hacedores del fútbol español se empeñaron en convertir en explosiva una más que plácida semana futbolística, y lo consiguieron. Calentaron el ambiente -por si ya no lo estuviese- las declaraciones del presidente Louzán sobre las dificultades de Galicia para contar con sedes del Mundial, pero el auténtico bombazo lo lanzó Javier Tebas: osó censurar la reivindicación de los jugadores en los inicios del Oviedo-Español. Rafael Louzán eligió Vigo para enviar duros mensajes a los concellos olívico y coruñés. Fue más hiriente con Abel Caballero al que le aconsejó que debía “hablar menos y actuar más”, pero también fue categórico su aviso al Norte porque “A Coruña no ha hecho nada de lo que estaba previsto”. Respecto a la sede que me afecta de lleno tengo que admitir que tiene poderosas razones para hablar así, pero también creo que está obligado a manifestar por qué sucede eso en Marineda. Insistió en cargar toda la responsabilidad en las ciudades y esa, al menos en el caso coruñés, no es toda la verdad. Louzán conoce, desde hace tiempo, que el Deportivo está radicalmente en contra de que se amplíe el aforo de Riazor. Por eso, si en Vigo el presidente de la RFEF aseguraba que llegar a 43.000 espectadores era una condición sine qua non para ser sede del Mundial-30, parece de justicia que divida la responsabilidad de la situación actual. No estaría de más que el gallego Louzán -como máximo representante del fútbol español- no se contentase con enviar un aviso a navegantes y actuase como puente. Es muy posible que lograse que la relación entre concello y club mejorase. Un diálogo sosegado y serio -como el que Rafa le pide a Abel Caballero- debería hacer factible el acuerdo. Pero el tiempo se acaba. Ha sonado el tercer aviso. Ya “no va más” si pretendemos que el Mundial recale en A Coruña. No queremos que después unos le echen las culpas a los otros. En esto perdemos todos. Pierde Galicia, pierde A Coruña… pero sobretodo perdemos los deportivistas. Presidente Escotet le ruego que apoye la candidatura. El Deportivo y su afición somos los grandes beneficiados. Mientras Louzán azuzaba en Galicia con el Mundial, Javier Tebas nos indignaba a todos con la censura de LaLiga. El presidente -todopoderoso por la permisividad de los clubs- nos avergonzaba ante el mundo entero al tomar una decisión propia de los años 40. No trataba de ocultar ni un desnudo, ni un espontáneo en el terreno de juego, no. Tebas le había superado. Se había impuesto, como casi siempre, su ramalazo súper autoritario y había prohibido que las televisiones nos ofreciesen en directo la reivindicación de los jugadores. Por si eso no fuese suficiente, aún fue más maquiavélico. Utilizó el tiempo que los futbolistas permanecían parados por el ¡NO! al partido de Miami, para vender esos segundos al resto del mundo como un gesto de LaLiga en su “compromiso por la paz”. No contento con ocultarles a los telespectadores internacionales la verdad, les hace creer que se trata de una petición para que acabe la guerra. ¡Algo miserable! ¿Se jugará en Miami? Se hace difícil entender la obsesión de Tebas por jugar un partido de Liga allí y más cuando esta semana pudo confirmar la oposición de los aficionados. Juega con la ventaja de que no ocurrirá lo mismo con los clubs. No se van a oponer. Aparte del férreo control de Javier sobre ellos, a los que aspiran a jugar en Europa les interesa que el Villarreal pierda y a los que pelean por no descender el resultado no les afecta. Es posible que solo el Real Madrid se va a sentir seriamente perjudicado al ver cómo se beneficia el Barsa. Extraña que el Atlético no se haya posicionado públicamente en contra, pero quizás sea porque no se plantee ser campeón de LaLiga. Sin embargo la cruda realidad está muy alejada de todo lo que se habla. El partido en Miami no va a depender ni de si falta información, de si tienen que ser Villarreal y Barsa los que jueguen, de si cobran o no LaLiga y los clubs, de si debe ser el dedo el que designe a Relevent, de si … al final creo que solo va a depender de la aplicación de la norma. El reglamento prohíbe jugar un partido de LaLiga en un escenario que no sea el indicado a la RFEF antes de iniciarse la competición, salvo sanción o causa mayor. Lo demás son milongas. No debía de ser ni motivo de discusión. Si no se modifica la disposición no hay nada que hacer. Estoy convencido que al final serán los tribunales los que fijarán el escenario en el que se disputará el Villarreal-Barsa. Incluso iré más lejos. Será la justicia la que decidirá la nulidad o validez del resultado si el partido se llega a disputar en Miami. Pero antes de que esto se produzca la actitud del preboste de LaLiga abre un escenario apasionante. Veremos cómo se cotiza “la censura” en nuestro país. ¿Le saldrá gratis a Javier Tebas prohibir a toda España contemplar la justa reivindicación de los jugadores? Sería muy triste. Luís Rubiales expectante. Augusto César Lendoiro. Expresidente R.C.Deportivo