- Aportan seguridad: El ser humano es muy frágil por naturaleza, sobre todo cuando somos bebés, así que una buena dosis de abrazos nos ayuda a sentirnos seguros y confiados.
- Provoca placer: Cada vez que abrazamos a alguien o nos abrazan nuestro cerebro segrega dos sustancias que son la dopamina y la serotonina, ambas reducen el estrés y juntas proporcionan calma, tranquilidad y sosiego.
- Cubre nuestras necesidades afectivas: Una persona necesita diariamente 14 abrazos para sentirse plenamente querido. Las personas que no muestran afecto sufren de algo que en psicología se conoce como hambre de piel y no es más que la necesidad de contacto humano.
- Permiten funcionar de mejor manera: Cada abrazo nos ayuda a centrarnos y mantenernos felices y funcionales cada día.
- La mejor cura contra la timidez: Permite a las personas tímidas entrar en confianza, ser más abiertos, espontáneos y seguros de sí mismos.
- Disminuye la presión arterial: Las personas que no tienen mucho contacto físico poseen una frecuencia cardiaca y una presión arterial mucho más alta que las personas que reciben abrazos de manera frecuente.
Debido a la pandemia del COVID-19, a partir del año 2020, el abrazo se ha hecho mucho más esquivo y complicado, al menos para las personas que no conviven con nosotros. El miedo al contagio y las recomendaciones de las autoridades sanitarias han reducido al abrazo a la mínima expresión.
No obstante, te animamos a que manifiestes tu deseo de abrazar a tus personas queridas, familiares y amigos, ya sea con un gesto o con palabras de cariño. Al menos hasta que podamos retomar esta costumbre tan sana.
Las palabras también abrazan así que si envías algún mensaje de cariño a través de las redes recuerda etiquetarlos con el hashtag #DíaInternacionaldelAbrazo.