Fran Escribá es el entrenador que el propietario del Elche, Christian Bragarnik, quiere como sustituto de Jorge Almirón para el banquillo franjiverde. El técnico valenciano es el preferido por el máximo responsable de la entidad y ya conoce las condiciones que se le han presentado, que deja incluso abierta la posibilidad de que continúe la temporada que viene en el Club independientemente de que el equipo siga o no en Primera División. Escribá quiere volver porque sabe que, pese a la situación que vive la plantilla, el Elche es el equipo donde mayores éxitos y cariño recibió por parte de todos sus aficionados.
Desde este sábado, Bragarnik y Escribá han estado hablando para dar forma a lo que puede ser el regreso del técnico valenciano al vestuario local del estadio Martínez Valero. En su hoja de servicio figura un ascenso a Primera División a ritmo de récord y dos permanencias en la máxima categoría de forma consecutiva. El desgraciado descenso administrativo vivido en 2015 rompió con una trayectoria que apuntaba alto, con Víctor Orta a los mandos de la dirección deportiva y una plantilla que comenzaba a consolidarse en la elite. De aquellos tiempos siguen en el vestuario dos pesos pesados: Fidel Chaves y Víctor Rodríguez, que podría recuperar el protagonismo perdido.
Escribá quiere llegar a Elche lo más pronto posible para volver a ponerse a los mandos del conjunto ilicitano en el primer entrenamiento de la semana, que será el lunes, de cara a preparar el trascendental duelo del próximo sábado ante el Eibar, rival directo en la pelea por la salvación. No lo haría solo. Escribá se traería como segundo a David Generelo, excapitán del Elche y toda una institución en la entidad. Llegó a ser pregonero de las fiestas locales, Junto a él, se negocia la opción de que se sumen más miembros de su staff, como un preparador físico, un analista y un preparador de porteros. Bragarnik le ha dado vía libre para elegir a su equipo de trabajo.
El deseo de que Fran Escribá se haga cargo de las riendas del equipo no ha sido una decisión imprevista. Desde hace dos semanas, Bragarnik ya había deslizado su nombre, coincidiendo con el ultimátum que se le dio a Almirón en la previa del duelo ante el Villarreal. La reacción mostrada en la segunda parte, con la igualada del 0-2 del primer tiempo, le dio una semana más a Almirón, pero la imagen y el resultado de Balaídos terminaron por precipitar los acontecimientos.
Bragarnik regresará a principios de la semana que viene a Elche para retomar las riendas de la entidad e intensificar las negociaciones para encontrar dos jugadores más para mejorar la plantilla. Deben ser futbolistas en paro, pero no hay tiempo que perder porque la permanencia es posible: quedan 17 jornadas para el Elche y sólo le separan tres puntos de la salvación.
