Ya están todos los objetivos cerrados y por tanto se pueden empezar a analizar y valorar lo que ha sido la temporada y los cambios necesarios para el año que viene.
La grada en un número llamativo coreó varias veces el nombre de Xavi Hernandez, él todavía técnico del equipo. Otros grupos también corearon el “ Xavi Sí, Laporta, No”. el mensaje era evidente de que parte de la afición está descontenta con respecto a las últimas informaciones o rumores que apuntan a la opción de que Xavi no sea el entrenador la temporada que viene y que sobre todo dos semanas después de haber firmado su continuidad y llorado juntos Ante la prensa, se puede dar la circunstancia de que Laporta decida prescindir de entrenador, y además tenga que indemnizarle con el año de contrato que le queda con el consiguiente perjuicio para las, ya de por sí, maltrechas arcas del Barcelona. Por suerte y creo que acertadamente Laporta se ha dado un compás de espera y un tiempo de reflexión, aprovechando que este fin de semana el Barcelona tendrá el importante reto de intentar conseguir su tercera liga de campeones en Bilbao frente al Olimpique de Lyon. Nada hay más importante en este momento que la tranquilidad en el ambiente y centrar todos los esfuerzos en ese extraordinario equipo femenino que el sábado se volvió a coronar campeón de la Copa de la Reina al vapulear en otro brillante partido a la Real Sociedad por ocho a cero.
No hay prisa para tomar esa decisión, si es que finalmente se produce algún cambio, es mejor reflexionar tranquilamente y valorar los pros y los contras de tan drástica medida en caso de producirse. El tema económico, la imagen y por supuesto también el capítulo Deportivo, habida cuenta que no sabemos si el posible sustituto de Xavi mejoraría sus prestaciones y su rendimiento con esta plantilla.
Lo cierto es que Laporta arriesga mucho en esta situación, porque en caso de tomar la decisión de destituir al entrenador, se expondría considerablemente ante la opinión pública y ya no solo no tendría escudo, sino que daría la sensación de que no hay un proyecto definido y de que se dan Muchos bandazos y cambios de opinión. Conforme pase el tiempo y se enfríe el calentón del presidente a lo mejor existe más opciones de que Xavi continúe y de que con la calma del verano y la confección de la plantilla se regenere la ilusión en este proyecto y se pueda armar un buen equipo para el año que viene. En caso contrario, sería prácticamente partir de cero, traer un entrenador que querrá sus jugadores, que tiene que conocer los entresijos del club y aceptar la actual situación económica y deportiva de la entidad. Demasiadas dudas e interrogantes para un equipo que necesita precisamente calma, tranquilidad y estabilidad. Parece que, de momento, tendremos una semana en paz.