Fue un partido superlativo, soberbio, extraordinario de principio a fin de los hombres de Xavi Hernandez. Desde el silbatazo inicial se vio una actitud, una ambición, unas ganas de vencer y convencer que se comieron literalmente a un Real Madrid al que pasaron por encima. He vivido muchas de las grandes exhibiciones que el Barcelona ha tenido en la última década en el estadio Santiago Bernabéu empezando por las de Ronaldinho un poco antes aquellos cero a tres o dos a seis, o cero a cuatro con Luis Enrique en el banquillo y Messi Neymar y Luis Suárez en el ataque. Y todas ellas fueron brillantes espectaculares apabullantes.
Pero lo que vivimos ayer fue un auténtico rodillo contra un equipo maltratado.
Si Aubameyang, o Ferrán Torres que hicieron un partido casi perfecto tiene un poco más de puntería o Courtois no acierta a parar algunos de los balones que le llegaron con dificultades estaríamos hablando de un 0-8 o algo parecido y no exagero. Fueron tantísimas las oportunidades y tan claras las que tuvieron los barcelonistas que el público observó atónito como el gran favorito para ganar el título de liga recibía un severísimo correctivo que le puede dejar tremendamente tocado de cara al futuro.
Porque esa será otra de las reflexiones a realizar a partir de ahora, qué consecuencias puede tener la victoria del fútbol club Barcelona en el campo del Real Madrid. Si serán simplemente la flor de un día o realmente estamos hablando de un giro radical en lo que había sido en los últimos años la competición española. Xavi ha dado la vuelta al calcetín de una manera extraordinaria en muy poco tiempo y con algunos retoques significativos. Este equipo empieza a recordar en su forma de jugar muchísimo a las versiones de los de Pep guardiola con todo lo que eso significa.
El Barcelona si gana su partido pendiente ante el Rayo vallecano estará nueve puntos del Real Madrid con otras nueve jornadas por disputar. Son muchos los puntos de diferencia que tienen los blancos y evidentemente pensar en ganar La Liga parece casi una utopía pero pelearla por si hay una mínima opción y tratar de aprovechar las muchas dudas que a buen seguro van a surgir en el conjunto de Ancelotti son una de las veces que debe aportar el Barcelona. Primero porque además le garantizaría la consecución de la segunda plaza y la supercopa de España del año que viene que no es cuestión menor pues ya está en mejor disposición de conseguir ese puesto que el mismísimo Sevilla que ahora tanto flaquea.
Y a decir verdad no se ha ganado nada se ha ganado una batalla pero ninguna guerra pero se ha recuperado el estilo el fútbol el juego el orgullo y la ilusión que no es poco.