Pero cada día queda menos margen de error y menos tiempo para rectificar una situación que está siendo bastante decepcionante desde que comenzara el año. Apenas un par de partidos dignos, los jugados por el equipo de Xavi Hernandez han sacado de la discreción a un equipo tremendamente irregular y que ha decepcionado muchos más de los partidos en los que ha convencido. Y eso que a partir de ahora viene lo mollar y el calendario más delicado y complicado y de mayor exigencia para los Blaugrana. En liga, tendrá que visitar el campo de todos los rivales más fuertes, con los que compite por un puesto en la liga de campeones, los cuatro de arriba, que comparten con él las primeras posiciones. En Copa del rey, si solventa la eliminatoria ante Unionistas, empezará a tener enfrentamientos de mucha mayor exigencia, y ni que decir tiene en Liga de Campepnes, donde a partir de los cuartos de final, si consigue eliminar al Nápoles, también tendrá huesos duros de roer.
El panorama no es muy halagüeño y no invita demasiado al optimismo, pero es un momento clave de la temporada en el que entrenador y jugadores deben revertir la situación definitivamente..
La directiva ya ha demostrado y el director deportivo. Deco su respaldo sin reservas al entrenador, de tal manera que este y los jugadores deben dar un paso adelante para corregir las muchas cosas que no están haciendo bien y tratar de ilusionar al barcelonismo en lo que queda de temporada.
Es evidente que los males son muchos no solo uno y que el diagnóstico tiene varios puntos débiles, como por ejemplo la presión del equipo, el trabajo colectivo en la recuperación, trans pérdida, los errores de colocación y de interpretación del juego, incluso el planteamiento de partidos como el del domingo, en el que Xavi no acertó a tocar con la tecla y vio como el Madrid interpretó mucho mejor la línea adelantada y le sorprendió reiteradamente creando situaciones de gol muy fáciles de cara al marco de Iñaki Peña.
Es el Entrenador, el que también debe darle una vuelta a los planteamientos y la situación del equipo para que estos recuperen la confianza y los futbolistas que deben también mejorar su rendimiento tanto a nivel individual como colectivo, porque uno por han demostrado que son muchos mejores futbolistas de lo que hasta ahora. En definitiva, no es momento de lamentaciones o lapidaciones, es momento de buscar soluciones.