Sobre todo, porque en el comienzo el guion se complicó con el tempranero gol del equipo victoriano. Sin apenas haberse cumplido medio minuto de partido. Todo ello aumentó la enorme tensión que rodeaba al equipo en los últimos días y partidos. La primera parte, fue una demostración de que el Barcelona es un equipo ahora mismo, falto de confianza, sin ideas, espeso, y como dice su entrenador bloqueado. Y de haber tenido un poco de acierto de cara a la portería contraria, los vitorianos se habrían marchado al descanso con una renta mucho más holgada en el marcador, ya que Samu tuvo hasta tres claras oportunidades de haber aumentado la diferencia.
Es incomprensible que después de haber encajado el tempranero gol ante el Granada, y de haber estado apunto de encajarlo frente al la Real Sociedad, a los 18 segundos el Alavés consiguiera adelantarse en el marcador. Es otro regalo más, otro error más que como dice su entrenador, les está penalizando en esta parte del campeonato, pero que deben corregir ellos mismos.
Hay futbolistas que han demostrado no estar en un gran momento de forma como es el caso de Koundé, que se mostró muy vulnerable y a merced de Samu y de los ataques y embestidas del equipo vitoriano. Tampoco están en un gran momento jugadores como Cancelo o João Félix a los que les cuesta Marcar diferencias. Eso si, algo debió de cambiar en el intermedio y debió decirles el entrenador para que sacaran el orgullo suficiente como para remontar el partido. Desde el comienzo del segundo periodo la actitud ya fue otra y salieron decididamente a remontar el marcador. Todo ello, unido a la calidad que tienen los jugadores como Lewandowski , al que se esperaba en un partido como el de ayer, y que respondió con creces a un liderazgo en ataque absolutamente necesario. Su primer gol en un giro de cabeza y en un remate espectacular justifica que sea el centro delantero del Barcelona, pero también deja entrever que ese es el nivel que cabe exigirle en la mayoría de los partidos del equipo. Al final se logró una victoria fundamental para la tranquilidad de la institución, de la entidad, del equipo y del entorno.
A acabar el partido, Xavi señaló que los jóvenes jugadores del equipo y al vestuario, les afectan las críticas y que evidentemente influyen en el rendimiento de los futbolistas. Algo cuanto menos sorprendente, teniendo en cuenta que estamos hablando de futbolistas de élite, jugadores, altamente profesionales, altamente cualificados y remunerados y que deberían estar a la altura de un club de altísima exigencia cómo es el Barcelona.Da la sensación de que ve fantasmas donde no los hay.
Por cierto, feo, muy feo el gesto de Lewandowski con Lamine Yamal, aunque luego acabará arreglándolo y fuera producto de un calentón, pero la “ cobra”, no se estila.