Como un auténtico señor. Xavi se va sin reproches, reconociendo que esto va de ganar y que en la última temporada, el equipo no consiguió títulos y sin ni siquiera criticar las dudosas formas del presidente Joan Laporta, a la hora de tomar las decisiones.
Xavi se debe ir con la conciencia muy tranquila de que intentó reflotar un club en una situación altamente delicada y que sobre todo consiguió apostar por la cantera y sacar nuevos valores o consolidar otros, lo cual significará el mayor legado de su corta etapa al frente del Barcelona.
A Xavi le ha podido pesar su inexperiencia en los banquillos, e incluso penalizar su excesivo conocimiento del entorno, no calibró realmente el peso de lo que significa él en el Barça y todo lo que le rodea. Pero aquí el entrenador ha sido más víctima que culpable, compró el discurso del presidente de ganar títulos en una situación tan delicada y con una plantilla cogida con alfileres y en la que apenas invirtieron millones. Si es verdad que da la sensación de que pudo haber sacado más rendimiento a muchos de los jugadores del plantel y ese es quizás él debe de Xavi, a pesar de que era complicado su trabajo, muchos de los futbolistas rindieron por debajo de lo que se esperaba.
Además, Xavi tuvo que luchar ante una época importante de su eterno rival, lo que también penalizó a la hora de valorar los frutos conseguidos. No merecía este adios por su barcelonismo y por su honradez, el todavía entrenador del Barcelona, que habrá que ver la generosidad en el finiquito de una parte y de la de otra. Ese será un tema importante en Laporta. Todo lo que signifique un pago importante que se merecerá el Entrenador. Por otra parte, será un gasto injustificado, teniendo en cuenta que el Entrenador se podía haber marchado sin cobrar nada tan solo dos semanas antes. Con el paso del tiempo calibraremos el peso de esta decisión, en función de cómo le vaya al sustituto del entrenador y de los resultados que contenga, pero en líneas generales, debe catalogarse de satisfactoria, por lo que puede significar para el futuro la formación de estos valores que se quedan del equipo azul grana.
Al presidente le puede pesar estos volantazos y cambios de dirección tan bruscos, con tan poco tiempo de diferencia y que generan desconcierto tanto en la masa social como en el propio organigrama del club. Esta es una apuesta fuerte, muy fuerte y personal del presidente, posiblemente la última gran apuesta de un proyecto cada vezmás inestable.