Como establece el marco de sostenibilidad de la emisión, y en virtud del fuerte compromiso de Eurocaja Rural con el desarrollo económico, social y asistencial de todo su ámbito de actuación, los fondos obtenidos englobarán la financiación de construcciones y viviendas energéticamente eficientes, energías renovables y transporte con bajas o nulas emisiones de carbono, así como préstamos dirigidos a colectivos riesgo de exclusión, a pymes localizadas en regiones desfavorecidas o a actividades económicas que mantengan y estimulen la creación de empleo y prevengan la despoblación. La operación ha tenido una excelente acogida entre los inversores, culminándose en pocas horas la colocación de esta nueva emisión de cédulas, cuya demanda superó los 2.000 millones de euros, triplicando el importe de la operación, debido al alto interés existente.
Entre los proyectos verdes establecidos se encuadra la financiación de construcciones y viviendas energéticamente eficientes, energías renovables y trasporte con bajas o nulas emisiones de carbono, mientras que por el lado social, los proyectos elegibles deberán corresponderse con préstamos hipotecarios o personales concedidos a personas consideradas en riesgo de exclusión; así como de avanzada edad y jóvenes, pero también se podrán corresponder con financiación a pymes localizadas en regiones desfavorecidas de España, de forma que se promueva el desarrollo de actividades económicas que mantengan y estimulen la creación de empleo, así como prevenga la despoblación.
ACOGIDA DE LOS INVERSORES
El mercado de cédulas hipotecario español, cerrado desde hace varios meses, abrió de nuevo con rotundidad y excelente acogida gracias a Eurocaja Rural, que ofrecía esta operación de cédulas a 10 años a un tipo de interés final del 0,18%.
La fuerte demanda experimentada, superior a 2.000 millones de euros, ha procedido de un gran número de países europeos, tradicionales inversores en este tipo de productos, como son Alemania, Austria, Suiza y Francia, pero también de lugares tan poco habituales como Corea, Grecia, Israel y Mónaco.
El libro de órdenes refleja el interés de 78 inversores diferentes con una petición media de algo más de 26 millones de euros. En la asignación final ha sido necesario aplicar un importante prorrateo para ajustar la fuerte demanda a los títulos emitidos.