El juicio se ha celebrado esta mañana en Gijón. La Fiscalía solicitaba 14 años de cárcel para el principal acusado y 12 para los otros tres procesados, pero todas las partes dieron el visto bueno a la pena final. Como ya han pasado dos años en prisión preventiva, se desconoce en este momento si volverán a pisar la cárcel.
Germán Fernández, que tenía 24 años cuando sufrió una brutal paliza en Fomento en julio de 2017 cuando estaba con unos amigos, empezaba la jornada mostrando su confianza en la justicia.
Las secuelas que sufre le impide ni siquiera poner cara a las cuatro personas que le cambiaron la vida y con quienes coincidió en el pasillo de los juzgados. En declaraciones a los medios antes de confirmarse el acuerdo ya contaba que ninguna condena le devolvería su vida anterior. Ha hecho un llamamiento a evitar la violencia en las noches de fiesta.
El juicio ha sido rápido. Los cuatro acusados han reconocido los hechos y han aceptado las condenas, pero ninguno ha querido hacer uso del último turno de palabra para pedir perdón a Germán. Sus abogados defensores aseguran que ha sido por indicación suya.
El principal acusado, Rubén Álvarez, se lleva la mayor pena, de 5 años, por ser el autor del brutal golpe en la cabeza que dejó inconsciente al joven camarero gijonés.
El abogado de Germán, Gonzalo Botas, asegura que sus representados han preferido seguir adelante. Botas recuerda que el joven gijonés no podrá volver a ser como era antes, pero con el dinero de la indemnización podrá continuar con su evolución. Se ha fijado en 300.000 euros porque se entendió que era lo máximo que los cuatro condenados podrían asumir.
Los condenados llegaron tranquilos al Juzgado y se mostraron relajados en los pasillos. En todo momento permanecieron los cuatro juntos a escasos metros de Germán.
Los abogados de la defensa muestran su conformidad con el acuerdo alcanzado. Uno de ellos, Guillermo Calvo, entiende que las penas impuestas junto a la indemnización son justas para todos.
Gonzalo Botas, abogado de Germán, reconoce desconocer si los condenados volverán a pisar la cárcel. Lo determinará la sentencia final. Lamenta que ninguno haya querido mostrar su arrepentimiento, aunque espera que nunca olviden que su víctima ha preferido no buscar venganza.
Seguir adelante es lo único que quiere la madre de Germán, Yolanda Fernández. Se temía que las condenas fuesen reducidas y solo se consuela con ver a su hijo feliz, aunque no recuerde nada.
Germán tenía 24 años cuando sufrió la agresión. Ya no puede vivir de forma independiente ni recuperar su empleo de camarero en Gijón.
La familia advierte que hoy se ha condenado a cuatro jóvenes, pero en la paliza a Germán, asegura su abogado, participaron "más de 10 y de 12" pero no han logrado ser identificados.
