Tal día como hoy hace ya 25 años, dos Guardias Civiles fueron asesinados por ETA en el atentado de Sallent de Gállego. El Ayuntamiento de la localidad oscense les ha rendido homenaje, como cada año, con un acto en la plaza Valle de Tena en el que han participado familiares de ambos agentes. Ha incluido la celebración de una misa y una ofrenda floral con distintas autoridades. El consistorio, que ya colocó una placa en el lugar del atentado, va a dedicar a los asesinados también una calle, para mantener viva la memoria de las víctimas del terrorismo.
Irene Fernández Perera, de 32 años y natural de Las Agüeras (Asturias), murió en el acto, tras explotar la bomba lapa instalada por los etarras en los bajos de su Nissan Patrol. Su compañero, José Ángel de Jesús Encinas, de 22 años y procedente de Talavera de la Reina, murió poco después a causa de las heridas.
El alcalde de Sallent, Jesús Gericó, reconoce que este asesinato supuso un antes y un después para el municipio. Habitantes y visitantes quedaron totalmente conmocionados. “Son 25 años y conviene recordar que no queda en el olvido que dos jóvenes fueron asesinados”, dice Gericó. “ETA existió y existe, pero ahora parece que todo el mundo blanquea y olvida. Conviene recordar y acompañar a las familias de José Ángel y de Irene”.
Etarras condenados
El atentado fue perpetrado por el comando “Ttotto”. Por estos hechos, fueron detenidos y juzgados tres etarras como autores materiales y también dirigente Javier García Gaztelu, alias “Txapote”, como inductor y responsable de ordenar el asesinato. Fueron condenados por la Audiencia Nacional a 75 años de cárcel. Dos de los implicados, José Ignacio Guridi Lasa, y Aitor Aguirrebarrena, ya disfrutan del tercer grado.

