El Ayuntamiento de San Fernando ha comenzado a plantear una reformulación del Plan General de Ordenación Urbana para afrontar los retos en materia de desarrollo que tiene en frente la ciudad abordando las necesidades del presente abordando los retos en materia de sostenibilidad, contaminación, cambio climático, energía sostenible o transformación digital. Por ello, ha comenzado una serie de reuniones con el equipo redactor para comprobar el grado de funcionalidad del actual documento. Los grandes procesos de cambio que han atravesado con más o menos virulencia todos los ámbitos de convivencia social a lo largo y ancho del mundo afectan de manera muy directa a la ciudad de San Fernando. La alcaldesa Patricia Cavada, señala que “en las áreas urbanas son precisamente donde se concentran problemas y oportunidades. Estamos frente a un cambio de época en el que las ciudades somos a la vez parte del problema y de la solución“. En este sentido, la realidad sobre la que se diseñó el Plan General de Urbanismo de San Fernando, aprobado definitivamente hace ya 9 años pero que inició su elaboración hace ya 17, nada tiene que ver con los retos de San Fernando en la actualidad.
Es por ello que, el Ayuntamiento tiene el firme compromiso de alcanzar un modelo de desarrollo urbano que sea sostenible en sus tres dimensiones: la social, la ambiental y la económica. “Consideramos que es necesario abordar con urgencia una revisión de toda la normativa que permita cambiar el modelo de desarrollo, afrontar los nuevos problemas y convertir estos cambios en oportunidades para la ciudad. Estar más preparados, estarlo antes que el resto de municipios y con mejores herramientas para convertir esos cambios en oportunidades”. Desde el Gobierno municipal se considera sin duda, que la opción de elaborar un nuevo Plan respondería de manera más eficaz a los retos que plantea el futuro pero será el equipo técnico quien determinará cuál es la mejor opción. “En cualquier caso, la opción que se tome, ha subrayado Cavada, se hará de manera que sea compatible con el desarrollo de nuevas actuaciones urbanas e inversiones que vayan en la línea del desarrollo urbano que todos deseamos y necesitamos”.
El trabajo se extenderá durante varios meses
En este sentido, la evaluación del PGOU tiene que analizar con detalle las respuestas que ofrece actualmente la normativa urbanística ante los problemas y retos que tenemos como ciudad en los próximos años, como el incremento de las desigualdades o el cambio climático, hasta la gestión pública del agua, la transición energética y el fomento de una economía productiva, diversificada y responsable. “Las recetas que sirvieron para estructurar y que daban forma a las políticas urbanas en el pasado ya no nos volverán a ser útiles, por lo que debemos aprovechar que estamos en un momento idóneo para crear estructuras de desarrollo más sólidas y resistentes a los vaivenes de la economía, más adaptadas y adecuadas a las nuevas formas de ciudadanía y a los retos ineludibles de la sostenibilidad ambiental”, ha asegurado Cavada. Asimismo, ha añadido que “se espera que en los próximos meses tengamos esta evaluación técnica fundamental que nos permita tomar la mejor decisión y afrontar mejor preparados los nuevos retos”.