El conjunto pucelano, crecido tras su triunfo la pasada jornada y con unos números notables fuera de casa (14 puntos), no se resignó a la lógica y muy bien plantado en el césped del Reale Arena dominó durante muchos momentos del primer tiempo, disfrutando de una gran ocasión del turco Enes Unal, a pase de Joaquín, que Le Normand desvió al lado del palo derecho de Remiro.
La Real se preparaba para un partido muy largo en el que iba a tener que desgastar y cansar al once de Sergio González, algo que no consiguió en los primeros 45 minutos en los que se fue a vestuarios sin disfrutar de ninguna oportunidad para desequilibrar el marcador a su favor, lo que no había ocurrido esta temporada y que entra en la hoja de méritos del entrenador catalán
El Valladolid siguió siendo un incómodo invitado también en la segunda mitad, en la que Enes volvió a dejar muestras de su peligro, aunque le falta el gol, y la Real la buscó también en uno de los pocos momentos en los que se zafó de la presión castellana por medio de un intencionado remate de Alex Isak.
El único fallo de los vallisoletanos le costaría, sin embargo, el gol de la Real y la derrota, en otra jugada de dibujos animados a los que tanto ha acostumbrado a su público, con una conducción entre Odegaard Zaldua y Oyarzabal que éste culminó terminó asistiendo a Januzaj para que terminara de derribar las defensas rivales.
Oyarzabal e Isak se fueron al banquillo para descansar para el miércoles, pero Alguacil mantuvo la dinamita en el campo con Willian José y Barrenetxea, mientras el Valladolid buscaba profundidad con Pedro Porro y Plano, aunque el que se la dio fue Raúl García que se encontró con Remiro en una gran ocasión visitante.
Sandro tendría en el último minuto la ocasión de amargar la noche a su exequipo y lograr el empate, pero tampoco pudo con el guardameta realista que otorgó buena parte de la victoria a su equipo.