Mireia Rodríguez se mudó con su familia a Albacete, ciudad que no tiene equipos femeninos de balonmano. El interés y la perseverancia hicieron que terminase entrenando con el Club Balonmano Albacete -donde encajó a la perfección- y a las pocas semanas, contactaron con la Federación para plantear la posibilidad de que jugara profesionalmente con ellos. Y así es como se ha convertido en la primera mujer en jugar en un equipo senior de balonmano masculino.
Sorprendida por todo el apoyo recibido
Asegura que nunca se llegó a plantear jugar en un equipo de Albacete porque no había competición femenina, pero que el apoyo de su entrenador, así como de la Federación de Castilla-La Mancha y la Española le sorprendió: "Me asombró que me dejaran competir".
Mireia Rodríguez afirma que es habitual que en muchas ciudades no haya cantera senior de balonmano, sobre todo, por temas de conciliación familiar y eso fue lo que se encontró cuando llegó a Albacete con su familia. Sin embargo, reconoce que cuando se planteó la opción de que jugase profesionalmente con el equipo masculino, "todo fue muy fácil".
"Nadie dijo que no. Mi entrenador fue el primero que me dijo que quería que compitiese. Yo me esperaba que alguien dijera que no, pero nada. Me daba miedo porque la noticia ha tenido bastante repercusión y siempre hay caras amargas, y la verdad es que todos los comentarios y opiniones que estoy recibiendo son muy favorables", explica.
¿Cómo es el ambiente en el vestuario?
No obstante, Mireia asegura que es una "realidad" que exista una diferencia física con sus compañeros masculinos porque ellos son más corpulentos y tienen más fuerza, pero que trabaja con su entrenador en potenciar sus puntos fuertes para que a la hora de jugar esa diferencia física le afecte lo menos posible.
Sobre el ambiente con sus compañeros, comenta que tienen mucho "cachondeo" con el tema del vestuario" porque tiene uno para ella sola: "Son una gran familia y es muy fácil".