Carmen Sánchez García, profesora y amante del arte, era una admiradora profunda del Museo del Prado y uno de sus deseos antes de morir era que siguiese creciendo cuando ella ya no estuviera.
Por eso, hace unos años, antes de fallecer, donó prácticamente todos sus ahorros a la pinacoteca nacional, dejando más de 700.000 euros a recaudo del Prado.
Quince adquisiciones son el resultado de esta inesperada generosidad, de la que nadie sabía absolutamente nada.
Pedro Martínez, comisario de la exposición 'El legado de Carmen Sánchez. La última lección', cuenta que para todos fue una gran sorpresa: "Nadie lo esperaba porque nadie la conocía y lógicamente nadie esperaba este legado porque ella nunca se puso en contacto con nosotros para comunicarnos que éramos los beneficiarios de esa herencia".
"A principios de 2017 comunicaron al Museo del Prado que aparecíamos en el testamento como los principales beneficiarios de la herencia", afirma Pedro Martínez.
El comisario de la exposición cuenta que cuando salió la noticia intentaban ponerle cara a esta mujer, ya que hay gente que frecuenta el Museo. "No hubo manera de identificarla físicamente en las salas", dice.
Pedro Martínez indica cómo era este legado: "Venía con una condición y que tenía que ser para adquirir obras de arte. El testamento decía cuadros, por lo que interpretamos que tenía que ser pintura. En total han adquirido 15 obras, pertenecientes a 12 autores. Hemos intentado que su memoria pudiera estar presente a través de alguna de estas obras".
Una mujer luchadora y generosa
Alvar Haro, sobrino de Carmen Sánchez, nos da más detalles de cómo era ella. "Ella siempre estuvo en contacto con el arte. No era coleccionista. Tenía algunas obras en su casa, pero era heredadas por su padre. Su gran afición era visitar el arte y también era miembro de la Asociación Española de Amigos de los Castillos".
"Mi tía era muy cariñosa conmigo, muy dulce y generosa, pero no solo por el hecho de haber donado al pueblo español a través del Prado todo su dinero, también por cómo era con su familia", sostiene su sobrino. No obstante, dice que fue una mujer soltera "que tuvo que luchar y defender su libertad e independencia contra viento y marea y contra una tendencia que no comprendía ese tipo de cosas". "Tuvo que convertirse en una mujer muy dura", afirma.