ENTREVISTA EN POR FIN NO ES LUNES

Ana, hija de José Antonio Labordeta: "Mi padre tenía mucha melancolía, pero era muy combativo"

Padre, político y cantautor, José Antonio Labordeta siempre habló desde la verdad y pasó a la historia como uno de los grandes hombres de Estado.

ondacero.es

Madrid | 21.04.2024 12:55

Ana, hija de José Antonio Labordeta: "Mi padre tenía mucha melancolía, pero era muy combativo"

Hay personas que sienten, que necesitan esa vocación. El trabajo de actor o actriz es una labor que se apoya mucho en esa vocación y nuestra invitada en 'Por fin no es lunes' tiene esa pasión, esa fuerza mental y ese amor por la profesión. Y no sólo por la profesión, sino también por su padre, cuya figura mantiene muy viva.

Ana tiene esa vocación y amor por la figura de su padre. En 1995 se subió a un teatro por primera vez y desde entonces no se ha vuelto a bajar. Ha sido madre, hija, jueza, gobernanta, pero sigue siendo Ana, esa hija que conseguía que su padre viviera.

"El 9 de octubre del 66, que tú tienes año y medio, y dices 'desearía volver a hablar de mi mujer y de mi hija. Gracias a las dos vivo y supero esas crisis producidas por mi melancolía. Ambas me hacen olvidar todo", decía.

Ana nació en Teruel, pero su nombre está ligado a la ciudad de Zaragoza por su padre, el político y cantautor, José Antonio Labordeta, un hombre que siempre habló desde la verdad y que ha pasado a la historia como uno de los grandes hombres de Estado, pero quizá el mayor legado de José Antonio sean sus hijas, Paula, Ángela y Ana, que siguen manteniendo viva su historia y que a través de su trabajo siguen mostrando esa fuerza tan propia de Labordeta.

Ana describe a su padre como un hombre melancólico al que la guerra y la postguerra marcó mucho debido al sufrimiento que padeció, pero también le describe como un hombre muy combativo, con mucha fortaleza y, sobre todo, con muchísimo sentido del humor, un "sentido del humor muy aragonés".

"Era un hombre muy vital, no paraba de hacer cosas. No era una figura melancólica o triste. Tenía sus momentos, como todo el mundo que tiene sensibilidad y ve que el mundo es injusto, pero también tenía una parte muy divertida y muy vital", recuerda.