El juez encargado del caso Asunta eleva la calificación de homicidio a asesinato. La diferencia entre uno y otro cargo es que en el segundo tiene que existir la intención manifiesta, la premeditación o alevosía en quien comete el crimen. Es decir, que para el juez, existen indicios de que los padres urdieron la forma de matar a su hija. Este caso, pone los pelos de punta.