Tras la agotadora moción de cesura (en sentido literal y figurado) el presidente del gobierno retoma su agenda internacional. Hoy Consejo Europeo en Bruselas, el sábado cumbre de las Américas en Santo Domingo y el martes va a ser recibido por Xi Jing Ping en China. No hay miembro del gobierno que no nos haya dicho hoy que nuestro presidente tiene tanto peso internacional que el autócrata chino, está loco por conocerle. Y teniendo en cuenta el entusiasmo gubernamental en la venta de esta visita, Sánchez también está complacido y, la verdad, el resto deberíamos estarlo también. El presidente siempre es fiel a sí mismo. Practica la coherencia de la incoherencia. Se puso a la cabeza del todos somos Ucrania, del Zelenski encarna nuestros valores, el primero en ofrecer ayuda militar a Kiev y ahora se va corriendo a cortejar a quien se vanagloria de ser el mejor aliado y amigo de Putin. Sánchez nunca defrauda cuando de cambiar de criterio se trata.