Puigdemont quiere más. Puigdemont ahora pide que le condonen la deuda que él tiene con el resto de autonomías porque el Estado le debe, según sus cuentas, 450.000 millones de euros. Y exige, además, la gestión de los impuestos. Oiga, y lo pide, porque el PSC le ofreció una quita del dinero que adeudaban siete días después de las elecciones.
Así que estamos otra vez en una reedición de lo que Artur Mas le exigió a Rajoy y en el España nos roba.
Han pedido amnistía y los independentistas admiten que está cerrada con Sánchez. Le piden el uso de las lenguas en el hemiciclo y Sánchez, para ser más diligente, pero menos fiel a la democracia que conocemos, aplica porque sí el cambio normativo sin que este se debata o apruebe.
Entenderán que no es descabellado maliciarse que el próximo paso serán esas concesiones económicas. El próximo paso, que no el último.
