El PSOE de Sánchez es ya un partido secundario en política territorial. Tras estamparse contra la quinta mayoría absoluta del PP en Galicia, Ferraz, insiste en que no se puede hacer una lectura nacional. Otra cosa era cuando soñaban con una derrota popular que justificara cuestionar a Feijóo como líder popular.
Pero ahora que Sánchez está dejando al partido en las raspas, o que la otra pata del gobierno Yolanda Díaz ha conseguido que Sumar se mantenga fuera del parlamento prefieren acotar la lectura. En su derecho están de interpretarlo como quieran. Pero mientras fantasean con excusas inverosímiles, los tres partidos que han formado parte de los gobiernos de Sánchez, es decir, PSOE, Sumar y Podemos se siguen precipitando al abismo.
Fagocitados por el nacionalismo y por un liderazgo personalista que se impone por encima de cualquier razón política.
